Mucho se ha tocado este tema desde que el ex empleado de la CIA, Edward Snowden, reveló datos y documentos acerca del trabajo de la NSA (Agencia Seguridad Nacional en sus siglas en inglés). Snowden no solo reveló una triste y peligrosa realidad, sino que hizo público los verdaderos intereses y esfuerzos que hace el gobierno de los EE. UU. para mantener el control total de la población no solo en su territorio, si no en cualquier país del mundo.
© Desconocido
Hace unos días filtraron nuevos documentos del sitio web de información Wikileaks, la base de datos creada por Julian Assange donde, en esta ocasión, informan que
la NSA no solo espiaba a sus ciudadanos, si no a líderes del mundo y, en este caso, fueron protagonistas los 3 últimos presidentes de Francia. Esto obviamente no debería sorprendernos ya, siendo que, en el pasado ya hemos visto, gracias a Snowden, como la inteligencia norteamericana espió también a la presidenta Dilma Rousseff de Brasil y a sus ciudadanos. Quizás alguien pueda justificar tal hecho admitiendo que Brasil está creciendo como nación y sus lazos con Rusia aumentan debido al BRICS, sin embargo, está totalmente fuera de cualquier ley y constitución en el mundo. Es un acto de violación para cualquier nación, por lo que la misma presidenta actuó enérgicamente contra este hecho, incluso
canceló una visita que tenía prevista al país de norteamérica.
Pero hablar de Brasil sería solo el comienzo, México y Alemania están dentro de esa lista de líderes espiados también. ¿Acaso estos dos países no son fieles aliados de los EE. UU.? ¿Para que querría el país norteamericano espiar a sus aliados? Bueno, en primer lugar recordemos que el escándalo original se debía a que la NSA espiaba a sus ciudadanos en todos los ámbitos, sin su consentimiento; y cuando me refiero a todos los ámbitos, me refiero a llamadas, mensajes, datos de navegación, ubicación, etc., y
de maneras bien ingeniosas.
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