La polarización de opiniones sobre el presidente ruso, Vladimir Putin, no podía ser más extrema. Para el Occidente "oficial", es un dictador autoritario, el próximo Hitler, un codicioso ex-agente de inteligencia loco por el poder que amenaza todos los valores en los que tanto aprecia el mundo occidental. Para todos los demás, no es nada parecido a eso, después de todo, ¿cuáles son los "valores" occidentales, en realidad? Como escribí en mi último artículo de SOTT (
¡¿Dónde está mi galleta?! protestas contra el gobierno en Ucrania ignorados por EE.UU. y la UE), éstos son bastante obvios: "la deuda paralizante y suicida, ninguna política económica o exterior de la que hablar, la tortura y el asesinato de civiles, las mentiras descaradas, la retórica demencial y la psicopatía brutal." La libertad y la democracia son palabras sin sentido, o al menos, sus verdaderos significados son totalmente opuestos a lo que la mayoría de la gente piensa.
Por sus palabras y sus acciones, Putin ha demostrado que no sólo ve a través del doble discurso democrático; él también está haciendo las cosas de tal manera que hace que se eviten los peores aspectos de la libertad y de la democracia occidental. Ya sabes, mediante el apoyo de cosas como la diplomacia en vez de la agresión, el derecho internacional en vez de las invasiones unilaterales y la interferencia flagrante en los asuntos de otros países, el diálogo y la cooperación en vez de las amenazas, demandas, y el sometimiento. Esto es inaceptable para los gobernantes de Occidente, que equivalen a poco más que clase dominante oligárquica arraigada y hereditaria, que ha pensado que tiene el derecho de gobernar el mundo en virtud del tamaño de su ejército y el tamaño de su chequera.
Así que es comprensible que alguien que no se haya hecho el hábito de embeber la dulce enfermedad de los medios de comunicación, y las palabras melosas de los políticos doble-cara en el Oeste, vea a Putin con una luz totalmente diferente, poniendo sus esperanzas en él para hacer lo que quiere todo el mundo. Por ejemplo, esto es lo que la gente en las calles de Italia expresaron durante la reciente visita de Putin:
Comentario: Muy de vez en cuando aparecen algunas "pequeñas piedras" entre las relaciones de EE.UU e Israel, como por ejemplo algunos desacuerdos entre Obama y Netanyahu: