El 1 de octubre de 1949 se proclamó la República Popular China, que ayer cumplió 65 años. El balance es muy favorable. Sin embargo en la zona especial de Hong Kong hay protestas estudiantiles que rechazan el socialismo.
Napoleón recomendaba andar en puntas de pie en Asia para no despertar a China, el gigante dormido. Las potencias querían adueñarse del mundo con el mayor sigilo, pero en esa disputa por la dominación hicieron estrépito y guerras. Y en medio de éstas y de revoluciones, con largas marchas y un campesinado pobre pero por eso mismo susceptible a una alianza con los trabajadores, el gigante se despertó.
Y no era de las dinastías Ming ni Qing. China despertó en forma democrática en 1911 con el doctor Sun Yat Sen, del nacionalista Kuomintang, y a partir de 1949 con Mao Tsé tung y el Partido Comunista de China.
En el medio hubo tremendas represiones, como la de 1929 por Chiang Kai shek, del Kuomintang que cambió la línea democrática del fundador. Los comunistas, una gota en el océano, viraron de las insurrecciones en Shanghai a la guerrilla en montañas y zonas rurales. Y con esa sapiencia, paciencia y perseverancia propias de una cultura de 5.000 años, de las cuevas de Yenán, en el Norte, emergió un ejército capaz de poner en fuga a Chiang. Y éste pudo llegar, barcos norteamericanos de por medio, a Taiwán, en 1949, cuando en la puerta de Tian anmen, Mao proclamaba la Nueva China.
Comentario: Es muy difícil dialogar cuando por un lado hacen un teatro de Paz, mientras persisten los bombardeos a pueblo de Donbás y se venera a organizaciones terroristas como la OTAN y la Guardia Nacional de Ucrania.