© Desconocido¿Presidente de US-rael?
Uri Avnery es sin duda el vidente izquierdista israelí más intelectual, filosófico y certero que conozco. Como TS Eliot, tiene el hábito de usar las menos palabras para decir las mayores verdades. Cada ensayo que escribe, este lector siempre dice lo mismo: ¡exactamente! Sin embargo, por primera vez en 40 años, estoy en desacuerdo con ese gran hombre.
Avnery acaba de sugerir que el acuerdo de Benjamin Netanyahu para dirigir un mensaje al Congreso estadunidense por invitación del Partido Republicano este martes - dos semanas antes de la elección general israelí - , y la decisión de Barack Obama de no ver al viejo rufián, han destruido el apoyo bipartidista a Israel en Estados Unidos. Por primera vez, dice Uri, los políticos demócratas se permiten criticar a Israel.
Pamplinas, absolutamente.
Congresistas de ambos partidos se han arrodillado, se han desmayado y chillado en apoyo a Bibi y sus predecesores con más entusiasmo que las hordas romanas en el Coliseo. La última vez que
Bibi se apareció en el Capitolio, recibió literalmente docenas de ovaciones de pie de los ovejunos representantes del pueblo estadunidense, cuya adoración acrítica del Estado israelí - y su temor abyecto a susurrar la crítica más desangelada, por no arriesgarse a ser llamados antisemitas - sugiere que
Bibi sería un presidente estadunidense mucho más popular que Obama. Y el impecable acento estadunidense de
Bibi no viene mal tampoco.
Comentario: Recomendamos leer: El antagonismo entre Obama y Netanyahu es un muy conveniente difraz