El 24-M ha hablado: ¿vamos a negarnos a escucharlo? Las urnas han hablado y han lazando varios mensajes interesantes que merece la pena resaltar. El primero de ellos: que la crisis de los partidos tradicionales que se abrió en las pasadas elecciones europeas se consolida y el cambio político gana espacios cada vez con mayor intesidad. La segunda: que la expresión concreta de ese cambio político en estas elecciones municipales y autonómicas lo han representado las alternativas de "unidad popular" construidas en torno a una clara oposición a las políticas de los diferentes partidos que confluyen en el partido del IBEX35, uniones electorales en cierta medida edificadas en torno a lo que podríamos llamar el "espíritu de PODEMOS" pero que no son exactamente PODEMOS.
La tercera: que dicho partido del IBEX35 sigue copando la hegemonía política en la mayor parte de las instituciones y todos sus partidos juntos siguen sumando más del 60% de los votos, con lo que queda lejos todavía la existencia de una mayoría electoral-popular capaz de arrebatar dicha hegemonía a nivel general.
La cuarta: que el escenario que se abre de cara a las generales es hoy más incierto e impreciso que el que ya existía, en función de las encuestas conocidas en los últimos meses, antes del 24M. El cambio avanza, el vuelco electoral ha sido importante, sí, pero queda mucho todavía por hacer de cara a esas generales si realmente se quiere, y es posible que ocurra, que el cambio pueda llegar para gobernar el estado.
El bipartidismo (y sus ramificaciones tipo CiU) va a perder 7 de las principales ciudades del estado. Entre ellas cuatro de las cinco más importantes por número de habitantes y, sin duda, las dos más importantes por trascendencia y repercusión internacional.
Los resultados de las candidaturas de unidad popular en Madrid, Barcelona, Cádiz, Zaragoza, Coruña, Santiago de Compostela, han sido excelentes y tendrán opción de gobernar sus respectivos ayuntamientos. Además, en la ciudad de Valencia Compromís podrá hacer lo propio. Que tales ciudades puedan empezar a estar gobernadas por fuerzas de cambio transformador es, sin duda, un vuelco tremendo en la política del estado español tal y como se venía entendiendo hasta la fecha. La unidad popular por el cambio ha ganado estas elecciones. Sumando la población de todas estas ciudades, cerca de siete millones de personas estarán gobernadas, si salen adelante las investiduras, por fuerzas que apuestan por un modelo político transformador. Pero si lo que se pretende es aspirar a ganar el estado, tales datos no son suficientes.
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