La elección presidencial siria ha sorprendido tanto a los sirios como a sus aliados y sus enemigos. La consulta, que los presentes en el terreno califican unánimemente de sincera, se concretó con
la participación del 73,42% de los electores, a pesar de que algunos no tuvieron la posibilidad de acudir a las urnas debido a la ocupación de los mercenarios extranjeros sobre una parte del país. El presidente saliente, Bachar al-Assad, obtuvo el 88,7% de los sufragios y fue reelecto por 7 años.
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Hace ya varios meses que los 11 Estados miembros del Grupo de Londres (antes denominado como los «
Amigos de Siria», cuando contaba 114 países) venían denunciando la elección presidencial siria del 3 de junio como una «farsa». Según esos 11 Estados, resultaría grotesco realizar una elección presidencial en un país que está viviendo una «guerra civil» y, por otro lado, el presidente saliente Bachar al-Assad es para ellos un tirano que tortura a montones de gente y bombardea a su propio pueblo, lo cual lo convierte en un gobernante ilegítimo. También según esos 11 Estados, la única manea de poner fin a una guerra que ya arroja un balance de «al menos 160 000 muertos sirios» sería instaurar un «órgano de transición» designado no por los sirios sino por esos 11 Estados.
Comentario: Con dorarle la píldora a Barroso y otorgarle un título honorífico basta para que Israel, en lugar de represalias por sus actos criminales en Cisjordania, gane más convenios, acuerdos y puestos de importancia en lo que se refiere a las decisiones europeas y mundiales. ¿Por qué no se le da el mismo privilegio a los palestinos y a otros países?