
El perverso modelo de las corporaciones del agronegocio sólo ha multiplicado el hambre, la miseria, y el dolor...
Robert T. Fraley, vicepresidente ejecutivo de Monsanto, de la trasnacional conocida como la gigante de los transgénicos, fue galardonado con el prestigioso Premio Mundial de la Alimentación, por su mejora de la oferta mundial. ¿Cómo puede ser que se conceda un galardón a una compañía que ha sido denunciada en el mundo entero, porque sus productos son considerados altamente dañinos para la salud?
Vivimos en un mundo al revés, en el que se premia a las multinacionales de la agricultura transgénica, mientras acaban con la agricultura y la agrodiversidad. El día 19 de junio, se dieron a conocer los ganadores del Premio Mundial de la Alimentación 2013, lo que algunos llaman el Nobel de Agricultura, que se otorgó a tres ejecutivos de compañías de la industria transgénica, Robert T. Fraley, vicepresidente ejecutivo de Monsanto y director de tecnología, compartirá los 250 mil dólares del Premio Mundial de la Alimentación con los científicos Mary-Dell Chilton de Syngenta y el tercer galardonado ha sido Marc Van Montagu de la Universidad de Gante (Bélgica), autores de un método que permite insertar genes ajenos en las plantas y que promueven un modelo agrícola que genera hambre, pobreza y desigualdad.
Los mismos argumentos, imagino, que llevan a conceder el Nobel de la Paz a quienes fomentan la guerra. Como dice el escritor Eduardo Galeano, en su libro 'Patas arriba' (1998), "...se premia al revés: se desprecia la honestidad, se castiga el trabajo, se recompensa la falta de escrúpulos y se alimenta el canibalismo".