Todos hemos leído críticas a nuestro sistema económico, a la voracidad de los mercados, a la especulación, pero seguro que ninguna de ellas es tan divertida (y pocas son tan ácidas) como la que se incluyó en un cómic supuestamente juvenil publicado en 1976:
Obelix y compañía, el vigésimo tercer álbum de las aventuras de Asterix el Galo.
Vamos a desmenuzar en esta entrada el argumento de esta auténtica obra maestra, para haceros partícipes de su genialidad (y compartir la crítica que el autor hace del sistema). Ojo, vamos a destripar el guión del tebeo por completo, pero es tan bueno y tan divertido que aun así su lectura sigue siendo obligada...
¡No os lo perdáis!Como ya sabréis, la serie de Asterix el Galo nos narra las aventuras de dos inseparables amigos, Asterix y Obelix, en la Galia ocupada por la Roma de Julio César a mediados del siglo I antes de Cristo. Ambos viven en una pequeña aldea que resiste al invasor gracias a una poción mágica de su druida Panoramix que los hace invencibles. En este entomo se nos narra uno de los intentos de Julio César de derrotar a los galos. En este caso, aconsejado por un joven graduado de la escuela imperial de administración, Cayo Coyuntural, el plan de César consiste en convertir a los galos en decadentes, ¿y cómo piensa conseguirlo? gracias al "afán de lucro". Es decir, donde la fuerza falla, triunfará el dinero.
En verdad, el plan de Cayo Coyuntural es maquiavélico: introduciendo el dinero en un plácido sistema económico basado en el trueque y utilizando las fluctuaciones del mercado como un medio para generar riqueza, espera convertir a los irreductibles galos en esclavos del sistema, artesanos, cazadores, campesinos, sastres, etc. Gente atrapada en una rueda de la que no puede escapar si quiere ganarse la vida (a fin de cuentas, ¿cuántos de nosotros no lo hubiéramos mandado todo a freír espárragos si no necesitásemos trabajar para ganar un sueldo con el que mantenernos?). Cayo Coyuntural, por supuesto, es el auténtico villano de la historia: un arribista recién salido de una escuela de negocios que pone en marcha un diabólico plan con el que de paso enriquecerse.
Tantos años después este detalle puede pasar desapercibido, pero Cayo Coyuntural es en realidad una parodia del mismísimo Jacques Chirac, por aquel entonces (recordemos, año 1976) el joven primer ministro francés, pero que después continuaría su carrera política como alcalde de París (1977-1995) y Presidente de la República Francesa (1995-2007).
Comentario: Para una perspectiva más amplia de la que ofrecen los medios de comunicación convencionales, no se pierdan nuestros últimos Enfoques SOTT sobre el tema "Siria":
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