Los Dueños del Circo
Y recuerdo (esto de llegar a viejo y de recordar hechos y personajes) que en los años 60 del siglo 20 se dio la dictadura militar retardataria, que la presidió el contralmirante Ramón Castro Jijón (que en paz descanse; lo dudo, pero lo deseo) Como parte de ese régimen, era el "ideólogo" (o por lo menos, eso parecía, por aquello de que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey) el general Marcos Gándara Enríquez. Ante las acusaciones de que esa dictadura estaba al servicio incondicional del gran imperio (EE.UU.) pues se declaró "agente de la CIA" pero de esos gratuitos, que no recibía salario alguno y que lo hacía por convicción ideológica, por ser un anticomunista profesional.
"Lo que sirios de todos los grupos étnicos están diciendo al respecto es que están siendo atacados por francotiradores. La gente se queja de que hay francotiradores terroristas que están disparando contra civiles, un terrorismo ciego, simplemente con el propósito de desestabilizar el país. Yo no llamaría a esto una guerra civil - que es un término muy engañoso. Lo que estamos tratando aquí son los escuadrones de la muerte, se trata de comandos terroristas. Este es un típico método de la CIA que en este caso se trata de una producción conjunta de la CIA, el MI6 y el Mossad, con dinero procedente de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar", explicó.
Traducción por S. Seguí
Mientras Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá tienen previsto anunciar en estas fechas un conjunto coordinado de sanciones contra la industria del petróleo y petroquímica de Irán, el veterano periodista de investigación Seymour Hersh cuestiona el creciente consenso sobre el supuesto programa iraní de armas nucleares.
La presión internacional ha ido en aumento contra Irán desde que la Agencia Internacional de Energía Atómica reveló en un informe las "posibles dimensiones militares" de las actividades nucleares de Irán, citando pruebas "creíbles" que "indican que Irán ha llevado a cabo actividades relacionadas con el desarrollo de un artefacto explosivo nuclear". En su último artículo para el blog del The New Yorker, titulado "Irán y el OIEA" (1), Hersh afirma que el reciente informe es un "documento político", no un estudio científico.
El intento de EE.UU. de volver a posicionarse como un partidario de la democracia y los derechos humanos en Medio Oriente está siendo socavado por una creciente percepción egipcia de que Washington respaldará sin reservas a la junta militar de Egipto a pesar de la creciente represión.
Esa percepción se reforzó ayer, cuando una declaración de la Casa Blanca sobre los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad parecía culpar por igual a ambas partes de la violencia en la que murieron al menos 29 manifestantes desde el sábado.
El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney dijo que EE.UU. está "profundamente preocupado" por la violencia y la "trágica pérdida de vidas" y pidió "contención a todas las partes, para que los egipcios puedan avanzar para forjar un Egipto fuerte y unido".
El llamado a la contención de "todas las partes", después de varios días de uso excesivo de la fuerza por policías y soldados, se recibió con incredulidad en El Cairo. Las fuerzas de seguridad han disparado no solo gas lacrimógeno y balas de goma, sino también perdigones y munición de guerra contra manifestantes que lanzaban piedras y cócteles Molotov.
"¿Quieren que dejemos de morir? ¿Es la manera de demostrar contención?" se burló la manifestante Salma Ahmed mientras resonaban fuertes disparos en toda la plaza Tahrir.
En los últimos meses, los gobernantes militares de Egipto han aumentado gradualmente la represión - torturando con impunidad, encarcelando a blogueros, enviando a más de 12.000 civiles ante los tribunales militares, utilizando fuerza excesiva contra los manifestantes, matando a docenas de personas. Sin embargo, mientras se acumulan los abusos, EE.UU. no ha criticado en público a los militares de Egipto, cuyos 1.300 millones de dólares de ayuda de EE.UU. podrían revisarse si prevalecen los críticos en el Congreso. El relativo silencio de Washington ha creado la apariencia de que EE.UU. ha vuelto a su política de la era de Mubarak y mira hacia otro lado ante los abusos de su aliado a fin de preservar la relación.
"No podemos caer en la posición en la que parece que hemos dado un cheque en blanco al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (SCAF)" dice Michael Wahid Hanna, miembro de The Century Foundation en Nueva York. "Si esto no cambia pronto, EE.UU. se encontrará en una posición muy difícil porque parecerá que no hemos aprendido ninguna de las lecciones de la Primavera Árabe. Y volveremos a estar donde estábamos, apoyando a la estabilidad por el bien de la estabilidad, incluso a la luz de la continuación de muchas de las mismas prácticas que provocaron el levantamiento".
Por qué EE.UU, ha evitado una crítica pública
En mayo, mientras las revoluciones y levantamientos se extendían por el mundo árabe, el presidente Obama pronunció un discurso prometiendo su apoyo para la lucha por la libertad de la región.
Dijo: "Después de décadas de aceptación del mundo tal cual es en la región, tenemos una oportunidad de buscar un mundo como debe ser... EE.UU. se opone al uso de la violencia y la represión contra la gente de la región".
En los meses siguientes, EE.UU. ha emitido declaraciones limitadas en las que critica los juicios militares y el hecho de que el ejército no haya revocado la ley de emergencia, un instrumento de represión odiado bajo Mubarak. Más recientemente, el intento de los militares de obtener poderes de mayor alcance y asegurar que en gran parte no tengan que rendir cuentas ante los gobernantes civiles llevó a la secretaria de Estado Hillary Clinton a emitir una advertencia indirecta a los generales en un discurso.
"Buques de guerra rusos van a llegar a las aguas territoriales sirias, dijo una agencia de noticias siria este jueves, lo que indica que la medida representa un mensaje claro a Occidente de que Moscú se opondrá a cualquier intervención extranjera en los disturbios civiles en el país", informa Haaretz.
Rusia ha intensificado sus esfuerzos para defender a Siria en los últimos días, con el Ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, enmarcando la violencia en el país como una guerra civil en desafío a las acusaciones de las potencias occidentales de que el presidente Bashar al-Assad ha llevado a cabo una sangrienta represión contra inocentes manifestantes.
Como hemos visto antes del ataque a Libia, que se enmarcó también como una "intervención humanitaria", las potencias de la OTAN están dispuestas a demonizar al gobierno de Assad, mediante la caracterización de los ataques de sus fuerzas como atrocidades, mientras que en gran medida haciendo caso omiso de ataques similares por las fuerzas de la oposición, como el de esta semana en un complejo de inteligencia de la fuerza aérea siria en el que murieron o resultaron heridos 20 policías.
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Mark Toner rechazó la pretensión de Rusia de que Siria está en una guerra civil, diciendo: "Creemos que es en gran medida el régimen de Assad lleva a cabo una campaña de violencia, intimidación y represión contra manifestantes inocentes."
Por supuesto, hemos escuchado una retórica similar, incluso cuando los rebeldes de Al-Qaeda respaldados por la OTAN comandaron aviones de combate y dispararon granadas propulsadas por cohetes en Libia, las acciones también eran llevadas a cabo por "manifestantes inocentes", como se nos dijo en ese momento.
Europa atraviesa por una de las mayores crisis financieras de su historia y sin duda la más severa de las últimas décadas, situación que ha llevado a la renovación de algunos de los líderes económicos y políticos protagonistas de este problema.
Entre estos destacan las más recientes sustituciones de los primeros ministros de Grecia e Italia y del presidente del Banco Central Europeo, puestos que ahora ocupan Lucas Papademos, Mario Monti y Mario Draghi, respectivamente. Sin embargo, más allá de que su elección sea noticia por haberse dado en estos últimos días, lo más notable es que los tres tienen un pasado laboral común: todos trabajaron para el gigante financiero Goldman Sachs. Draghi fue vicepresidente para Europa de la firma entre 2002 y 2005, Monti es consejero internacional desde 2005 y Papademos operó cuando fue presidente del Banco Central Helénico (1994-2002) un fraude que terminó beneficiando a Goldman Sachs.
Asimismo, una parte de responsabilidad de la debacle griega le corresponde a Draghi, quien como encargado de "empresas y países soberanos" dentro de Goldman Sachs vendió los llamados "swap" al gobierno griego, productos financieros con los que la firma facilitó el préstamo de mil millones de euros al país sin que estos se consideraran dentro de su deuda pública. Aunque gracias a un seguro contratado, Goldman Sachs no perdió nada en la transacción y al final vendió los swap al Banco Nacional de Grecia.
Entre 23 y 35 muertos en plaza Tahrir
Para la joven Nairy Abd el Sheify, esta es una de las pocas cosas que han cambiado en los últimos nueve meses, en los que los militares han pasado de ser los héroes salvadores de Egipto a convertise en blanco de las iras de los manifestantes.
Las fuentes varían, pero entre 23 y 35 personas habrían muerto ya en la batalla por mantener la plaza Tahrir como símbolo de una revolución y donde se vuelve a pedir la caída de un régimen, esta vez militar.
La junta se resiste a dar un paso atrás, aunque ayer aceptó la renuncia del Gabinete civil interino - gobierno títere de los militares - superado por la situación de violencia y las críticas a las fuerzas de seguridad.
Por tercer día consecutivo, miles de manifestantes y otros tantos policías se enfrentaron en las calles cercanas a la plaza, intermitentemente cubiertas por una espesa nube de gases lacrimógenos, y donde las piedras volaban en ambas direcciones.
A los gases, las porras y los proyectiles de goma se han sumado las armas de fuego. «Aquí mismo han muerto seis personas, varias por asfixia de los gases y otras por disparos de fuego real», confirmaba ayer el doctor Shady el Naggar en el hospital instalado en la mezquita de Omar Makram, en uno de los extremos de la plaza Tahrir.
La confusión reina estos días en El Cairo, donde cada vez cunde más la idea de que se ha llegado a un punto de no retorno y cuando sólo queda una semana para las primeras elecciones democráticas que ahora, más que nunca, penden de un hilo.
La junta militar ha asegurado que el próximo 28 de noviembre los egipcios empezarán a votar, pero muchos partidos han suspendido la campaña electoral y, con la tensión que se vive en el país y el ambiente de violencia que se respira en el centro de El Cairo, parece difícil que se puedan celebrar unos comicios libres.
En una medida sin precedentes, Londres decidió que todos las instituciones financieras del Reino Unido deben paralizar sus transacciones y relaciones comerciales con las entidades iraníes desde las 15.00 GMT de hoy, incluido el Banco Central de Irán.
El ministro británico de Finanzas, George Osborne, consideró que los bancos iraníes desempeñan "un papel crucial" para ayudar a desarrollar el programa nuclear de Irán, cuya finalidad es construir armas atómicas.
En Londres, George Osborne explicó que la decisión del Ejecutivo británico permitirá incrementar "la seguridad del mundo y también la seguridad nacional", debido a la "significativa amenaza" que supone en la actualidad Irán.

La USAID no es otra cosa que una agencia más del aparato de espionaje, injerencia y desestabilización de EEUU.
En América Latina, cualquier ilusión con relación a la agenda detrás de las actuaciones de la USAID demostró tener corta vida. Una serie de desenmascaramientos de agentes del FBI y la CIA que operaban bajo la cobertura de la USAID fue tan fabulosa que la verdadera naturaleza de la agencia se tornó imposible de ocultar. No obstante, las actividades de la USAID fueron claramente reimpulsadas durante la primera década del siglo XXI. En Haití por ejemplo, los operativos de la CIA alojados en la USAID coordinaron y financiaron numerosísimas ONGs que durante el período 2003-2004 fueron fundamentales en el derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide, acusándolo de corrupción y complicidad con el narcotráfico. Entonces, poco después, ingresó al escenario una curiosa variedad de rebeldes, ataviados con uniformes militares norteamericanos que ocuparon la mayor parte del país y eventualmente sitiaron la capital y el palacio presidencial. Aristide fue detenido por marines norteamericanos, llevado al aeropuerto y sin mediar ninguna formalidad, como ser un procedimiento judicial, fue sacado en avión del país rumbo a Sudáfrica. La advertencia dada al destituido líder del país durante este procedimiento fue que si trataba de huir tendría problemas aun más graves.
La USAID también jugó el rol clave en la organización del golpe de estado del mes de junio del 2009 en Honduras, donde agentes de la CIA disfrazados de funcionarios de la USAID de manera similar patrocinaron y condujeron acciones de las títeres ONGs, extendiendo el mito de una conspiración comunista conjunta del presidente M. Zelaya y del líder venezolano Hugo Chávez y comandaron a los oficiales del ejército del país. El golpe culminó con la detención de Zelaya quien al igual que Aristide fue a la fuerza llevado a otro país, esta vez a Costa Rica bajo la amenaza de muerte si reingresaba a su país natal. Consecuentemente, Washington estuvo satisfecho con la liquidación del giro hacia el campo populista de América Latina. La prensa simuló no tener conocimiento de la guerra terrorista contra los seguidores de Zelaya desatada por los carniceros dirigidos por el nuevo presidente R. Micheletti y los operativos de la USAID/CIA quienes organizaron el golpe y luego cobraron sus prestaciones y recibieron sus ascensos.
Existe amplia evidencia que la USAID es utilizada de manera extensiva como herramienta para incitar las revoluciones de colores en los países desafiantes por todo el hemisferio occidental, especialmente en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. En cuanto a Cuba, la USAID ha estado empleando operaciones encubiertas durante décadas, pero la mayoría de los esfuerzos de las agencias para instalar en estos países medios "independientes" y organismos políticos "alternativos" en forma de sindicatos o grupos de protesta han sido notables fracasos.
En la reunión semanal con el grupo parlamentario de su partido, el Israel Beintenu (Israel Nuestro Hogar), Lieberman dijo ayer que cesará su apoyo al Gabinete, si éste acata las orden del Tribunal Supremo que obliga a la demolición de las proto-colonias (que Israel considera ilegales, aunque todas lo son, según el derecho internacional) de Migrón y Givat Asaf, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, indica hoy el diario "Haaretz".
"Migrón no es un puesto de avanzada (proto-colonia) ilegal", manifestó Lieberman a sus correligionarios, y añadió que el 30 por ciento de sus residentes son miembros de las Fuerzas de Seguridad y que el entonces ministro de Defensa, Moshé Arens, fue uno de los impulsores de su creación.
Si Migrón o Givat Asaf se desmantelan, amenazó, "no solo se irá (de la coalición gubernamental) Israel Beitenu sino que para varios miembros del Likud (el partido de Netanyahu) tampoco será fácil vivir con esa situación".