En 1996 la Argentina aprobó la llamada soja RR de Monsanto. De tal forma el primer cultivo transgénico llegó al país y a partir de lo cual se sembró soja hasta en las macetas.© DesconocidoDesde 1996, el gobierno Argentino, más allá de ideologías y partidos políticos, ha permitido que la multinacional envenene al país a lo ancho y lo largo sin restricción alguna.
A fines de agosto pasado, el gobierno nacional vuelve a apostar a la multinacional. Dispuso la liberación comercial de la llamada soja "Intacta RR2 Pro", que fue modificada genéticamente por Monsanto para lograr un cultivo que como su antecesor será resistente al glifosato (el más popular herbicida) y le agregará resistencia al ataque de insectos.
Sostienen la informaciones que Monsanto, que "además de esas correcciones promete un aumento de los rindes de hasta 8 por ciento (en la cosecha argentina, eso significaría 4 millones de toneladas más), había lanzado esta innovación en Estados Unidos, Brasil y Paraguay".
La decisión fue la consecuencia de una reunión mantenida por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, con los directivos de Monsanto a fines de junio pasado.
A la multinacional no le va mal en la ArgentinaDe acuerdo a su último balance, durante 2011 vendió por 4.124 millones de pesos, a razón de 7.955 pesos por minuto, ubicándose en el puesto 71 entre las mil empresas que más venden en estos arrabales del mundo.
No hace mucho, en Córdoba, un fallo judicial determinó que contaminar con glifosato es un delito
pero los ejecutores quedaron libres. na sentencia que solamente se puede explicar por los negocios que le permite el gobierno a la multinacional. Por eso, en cualquier geografía de la Argentina el agrotóxicos aparece de cualquier forma y en cualquier cantidad.