Traducido del inglés para Rebelión por Germán LeyensIntentemos un curso rápido sobre cómo arruinar la economía global.
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Una enmienda clave de la Ley de Autorización para la Defensa Nacional firmada por el presidente de EE.UU., Barack Obama, el último día de 2011 - cuando nadie prestaba atención -
impone sanciones a cualquier país o compañía que compre petróleo iraní y lo paguen a través del Banco Central de Irán. Desde este verano, cualquiera que lo haga no podrá realizar negocios con EE.UU.Esta enmienda - para todos los fines prácticos una declaración de guerra económica - se la debéis al Comité EE.UU.-Israel de Asuntos Públicos (AIPAC),
por órdenes directas del gobierno israelí bajo el primer ministro Benjamin "Bibi" Netanyahu.Torrentes de discursos político han tratado de justificarla como el plan B del gobierno de Obama en lugar de permitir que los perros de guerra israelíes realicen un ataque unilateral contra Irán por su supuesto programa de armas nucleares.
Sin embargo, la estrategia israelí original era realmente aún más histérica - que se impidiera efectivamente a todo país o compañía que pagara por petróleo iraní importado, con las posibles excepciones de China e India-. Además, los que ponen a Israel por sobre los intereses de EE.UU. trataron de convencer a todos de que esto no conduciría a interminables aumentos del precio del petróleo.
Exhibiendo una vez más su incomparable capacidad de disparar a sus propios pies calzados de Ferragamo, los gobiernos de la Unión Europea (UE) están discutiendo si o no seguir comprando petróleo de Irán. La duda existencial es si deberían comenzar o esperar unos meses. Inevitablemente, como la muerte y los impuestos, el resultado ha sido - qué iba a ser - un aumento astronómico de los precios del petróleo. El barril Brent de crudo gira ahora en torno a los 114 dólares y la única posibilidad es que suba.
Entrégame el crudo a tiempoIrán es el segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y exporta hasta 2,5 millones de barriles diarios. Cerca de 450.000 de esos barriles van a la Unión Europea, el segundo mercado iraní después de China.El necesario burócrata anónimo, el comisionado de Energía de la UE, Gunther Ottinger, ha estado divulgando que la UE puede contar con Arabia Saudí para compensar la falta de petróleo de Irán.
Cualquier analista petrolero que se respete sabe que Arabia Saudí
no tiene la necesaria capacidad adicional disponible. Además, y crucialmente, Arabia Saudí tiene que ganar mucho dinero con petróleo caro. Después de todo, la contrarrevolucionaria Casa de Saud necesita urgentemente esos fondos
para sobornar a sus súbditos para que descarten toda posibilidad de una Primavera Árabe autóctona.