Los Dueños del Circo
Tragedias como la que vive estos días Filipinas no son nuevas. Nos hemos acostumbrado a éxodos, hambrunas, terremotos, tifones, inundaciones, huracanes, ciclones, tsunamis y todo tipo de catástrofes, si bien en los últimos años, su repetición y especialmente sus dramáticas consecuencias sobre millones de personas y países en permanente estado de calamidad, permiten que veamos con claridad cristalina cómo su impacto es mayor cuanto más pobre y miserable es el país que lo sufre.
Es un matemático axioma que funciona con una precisión aritmética a la hora de llevarse por delante vidas y países, pero cuya aplicación no tiene nada de caprichoso, sino que es el fruto de procesos humanos deliberados y conocidos que en combinación con determinados fenómenos naturales adquieren dimensiones gigantescas. Este conjunto de fenómenos provienen de decisiones humanas que generan lo que podríamos denominar como catástrofes de clase.
El sábado 30 se llevó a cabo el Tercer Día de la Ira, una jornada de protesta que se extendió desde el Mediterráneo hasta el río Jordán contra el Plan Prawer. Llamado así por el nombre del legislador que lo ideó, el plan pretende destruir 36 aldeas beduinas "no reconocidas" en el desierto del Negev (Naqab en árabe) para construir en sus tierras colonias para población judía. Para ello, unas 70.000 personas beduinas serán desplazadas por la fuerza y despojadas de 800.000 dunams de su tierra ancestral [1].
Se calcula que en Israel hay más de 150 aldeas árabes "no reconocidas" por el Estado en las regiones del Naqab y de Galilea. Las mismas son consideradas ilegales por el gobierno, no figuran en los mapas y carecen de agua corriente, electricidad, teléfono, carreteras, escuelas y centros de salud. En el Naqab, las comunidades beduinas (cuyos habitantes tienen ciudadanía israelí) constituyen un 30% de la población, pero sus aldeas ocupan apenas el 2,5% de la tierra. Antes de la creación del estado de Israel, se desplazaban libremente a través del desierto; ahora, dos terceras partes de la región han sido designadas como campos de entrenamiento militar, inaccesible a la población beduina. La realidad conocida por todos es que grupos de colonos judíos de raza blanca están esperando ansiosamente que la tierra sea despejada de sus habitantes nativos para instalarse en los modernos y cómodos poblados que el Estado construirá para ellos.
El gobierno pretende presentar el plan [2] como una acción "humanitaria" que brindará vivienda adecuada, servicios públicos y "un futuro mejor para los niños" beduinos del Negev, permitiéndoles "integrarse ala estructura de un Estado moderno al tiempo que conservan sus tradiciones". Pero la realidad es que ninguna de las comunidades afectadas ha sido consultada ni está de acuerdo con el traslado. Y tienen buenas razones: además de perder sus tierras, serán reubicadas en siete asentamientos superpoblados y empobrecidos donde ya otros grupos beduinos fueron concentrados hace años (por eso hay quienes hacen un paralelo con las reservaciones indígenas de EEUU).
"Hemos vivido aquí desde antes de la creación del Estado de Isarel", declaró Maqbul Saraya (70) a Al Jazeera. "Sentimos que la democracia y la justicia de Israel no se aplican a nosotros".
El movimiento ecologista se moviliza sobre el problema de la contaminación que provocan sus bases militares, aunque se abstiene de criticar esta persistente ocupación de Italia por parte de su «liberador» desde la Segunda Guerra Mundial.
Todos los camiones indicados por el arrepentido Carmine Schiavone no alcanzarían para transportar la montaña de veneno que producen anualmente las bases estadounidenses en Italia. Esa es la otra cara - de la que, por supuesto, no se habla - de la presencia militar de Estados Unidos en territorio italiano.
Mientras que el Departamento de Defensa gasta 30 millones de dólares en estudios sobre la salud de los militares estadounidenses acantonados en Nápoles y de sus familias, elaborando con esos datos el extenso expediente de 2010 publicado nuevamente ayer por el diario L'Expresso, el servicio de logística de las fuerzas armadas de Estados Unidos busca la mejor manera de deshacerse del material clasificado como «hazardous waste». Se trata de restos de hidrocarburos, disolventes y todo tipo de barnices, elementos residuales del manejo de municiones. Con lo que sale de una base militar podría ser muy felices a los mejores negociantes de la gestión de desechos.
El número de personas que amasan inmensas fortunas aumenta cada día en el mundo. Y paralelamente a sus riquezas crece también su inseguridad. La construcción de viviendas de superlujo que constituyen auténticos búnkeres contra intrusos se ha disparado en los últimos tiempos, revela la revista 'Forbes'.
La mansión de los Corbi, en las colinas de Hollywood, tiene más en común con la sede de la NASA que con las otras casas de la zona. Sus propietarios no necesitan llaves para abrir la puerta (lo hacen mediante un software de reconocimiento biométrico), no temen a los terremotos (gracias a los pilares de hormigón armado que penetran 30 metros en la tierra de una colina privada) y duermen tranquilos dentro de una suite de 720 metros cuadrados a prueba de balas que Al Corbi define como su "núcleo seguro".
Es la opinión del periodista George Monbiot expuesta en su columna en el diario 'The Guardian'.
La iniciativa de crear el tratado de libre comercio transatlántico, conocido como la OTAN económica, entre EE.UU. y la UE está progresando. Ambas partes llevan años preparando estas negociaciones sobre el mayor acuerdo comercial jamás alcanzado. Entre tanto, los ciudadanos que no son conscientes de lo ocurrido en los círculos políticos y económicos se preguntan '¿por qué no nos consultan?', enfatiza Monbiot.
Los que negocian el futuro Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones insisten en que el documento debería incluir un mecanismo que tendría que solucionar las controversias entre inversionistas y un estado. Cuando este mismo mecanismo aparecía en otros acuerdos comerciales permitía a las grandes multinacionales demandar a los gobiernos ante paneles de arbitraje secretos integrados por abogados corporativos, que evitan los tribunales nacionales y que anulan la voluntad de los parlamentos, advierte el periodista.

El Primer Ministro israelí, Benyamin Netanyahu, muy sonriente con el Primo Ministro de Italia, Enrico Letta.
El símbolo no podría ser más significativo. En los territorios ocupados, las autoridades y los colonos israelíes han arrancado de raíz y robado o destruido alrededor de 3,5 millones de olivos para acabar con la agricultura palestina, privándola además de su propia agua. Y lo hacen con ayuda de Alemania y de Gran Bretaña, países que bloquean el acceso de Palestina al International Olive Council - la organización internacional de productores de olivo, entre cuyos miembros se encuentra Israel - porque su presencia en ese foro sería «sabotear las negociaciones de paz israelo-palestinas». Mientras tanto el «genocidio de los olivos» no deja de intensificarse. El 28 de octubre de 2013, caza-bombarderos israelíes bombardearon un olivar en la franja de Gaza.
El informe del Centro para Políticas Empresariales, que forma parte del grupo Essential Information con sede en Washington DC, titulado 'Escalofriante negocio: espionaje corporativo contra organizaciones sin fines de lucro' se basa en una amplia gama de pruebas en el expediente público, incluyendo demandas judiciales e investigaciones periodísticas. Crea un panorama inquietante de programa de espionaje corporativo global que está fuera de control, en el que aproximadamente uno de cada cuatro activistas es espiado.
Según el informe, se espía a diversos grupos sin fines de lucro, entre ellos de las áreas de protección medioambiental, interés público, control de armas, pacifistas, derechos de los animales y otros. Entre las corporaciones que vigilan a los activistas figura la Cámara de Comercio de EE.UU., Monsanto, Wal-Mart, Bank of America, Coca-Cola, Chevron, Burger King, McDonald's, Shell, BP y otras que "han sido relacionadas con el espionaje o han planeado espiar a organizaciones sin fines de lucro, activistas y denunciantes". Para llevar a cabo la vigilancia privada estas empresas contratan a exagentes de la NSA, CIA y FBI.
La realidad es que Irán ha renunciado a su investigación nuclear y que ha comenzado a desmantelarla... y sin recibir nada a cambio, fuera de una promesa de levantamiento progresivo de un sistema de sanciones que de todas maneras es ilegítimo. En pocas palabras, Irán se ha rendido.
La firma del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, el 24 de noviembre de 2013 en Ginebra, ha sido saludada en el mundo entero - con excepción de Israel - como el fin de un quid pro quo. Todos los firmantes han tratado de convencernos de que, sin los pronunciamientos excesivos del ex presidente Mahmud Ahmadinejad, las partes hubiesen podido llegar mucho antes al actual arreglo.
O sea, que se destruyó el comercio internacional de Irán y que estuvimos al borde de la guerra simplemente... ¡porque las partes no se habían dado cuenta de que estaban de acuerdo!
"Tenemos una Administración donde cada presidente llega al punto de que no le gusta la prensa. Es así de simple. Y cada Administración intenta manipular a la prensa. Pero este es el más hostil hacia los medios de comunicación de todos los que ha habido en la historia de Estados Unidos", dijo Bob Franken en un reciente foro de periodistas.
El juez Steven Rhodes, que presidió el proceso desde su inicio en octubre, confirmó que la ciudad no puede pagar sus deudas.
"La deuda de la ciudad (...) hace sufrir a sus 700.000 habitantes", aseguró Rhodes, quien añadió que "la situación no puede resolverse de otra manera".
No se han establecido planes para la salvación de la ciudad pero, según comentó el juez Rhodes, es probable que se permita a la "ciudad automotriz", cuya deuda total se estima hasta en 20.000 millones de dólares, suspender los pagos a los pensionistas.
La ciudad se declaró en quiebra en julio del presente año, pero entonces un juez frenó el proceso ya que consideró que la petición de la ciudad violaba las leyes del estado de Michigan.
Una serie de factores contribuyeron a que Detroit llegue hasta la insolvencia: la capital automotriz de Estados Unidos perdió un cuarto de millón de habitantes entre 2000 y 2010.
Además, su población, que en 1950 llegó a 1,8 millones, lucha por no bajar de 700.000. Gran parte de la clase media y decenas de empresas también han huido de Detroit, llevándose consigo el dinero de sus impuestos.
Comentario: Y España va por el mismo camino que Detroit. Bienvenidos a la era de la insolvencia:
Las ciudades españolas que pueden repetir el destino de Detroit
Comentario: ¿Por qué cuando lo hace la gente común se les llama "paranoicos, dementes, anarquistas, un culto conspiranoico del fin del mundo..." pero cuando los ricos lo hacen están "mejorando la seguridad del hogar" y "tallando habitaciones seguras"?