La realidad es una verdad que no tiene remedio ni vuelta atrás. Quienes la reconocen y la aceptan pueden seguir adelante, hacer planes para mejorar lo que es posible hacerlo y seguir la ruta del progreso que la humanidad viene caminando, con bastante acierto, desde que apareció sobre la faz de la Tierra.
Los que son golpeados por la realidad pero la niegan, en un estéril esfuerzo para evitar las consecuencias, sufren las consecuencias de ese autoengaño. Una actitud que tuvo numerosos ejemplos en la historia, una especie de "bailar en la cubierta del Titanic".
El próximo 23 de septiembre se reúnen en Nueva York los líderes de todos los países que son firmantes del viejo Tratado de Kioto - ya muerto y sepultado - tratando de resucitarlo mediante prácticas que tienen que ver más con el Vudú que con la ciencia o la política. Tratarán de redactar un nuevo tratado que los países se obligan a cumplir, reduciendo drásticamente las emisiones de CO2, el gas más útil para la vida vegetal y animal en este planeta. Para querer hacer esto
es necesario que la gente que lo propone esté muy enferma y necesite internación en clínicas psiquiátricas muy especializadas. No tanto para ser curadas sino para impedirles que anden libremente por la calle repartiendo ideas tan absurdas y perjudiciales para la humanidad.
Dejando de lado las ironías, el problema para lograr este acuerdo de cumplimiento compulsivo tiene enormes dificultades para concretarse. El Secretario de las Naciones Unidas, el contador Ban Ki-moon, que de climatología sabe tanto como de swahili, dijo que
"El cambio climático está afectando al tiempo en todas partes. Causa más extremos y perturba patrones establecidos. Eso significa más desastres; más incertidumbre." El Secretario les ha pedido a los líderes mundiales hacer "compromisos fuertes" para combatir al cambio climático durante la reunión en Nueva York. Se pretende que la cumbre del clima sea un paso hacia un acuerdo entre casi 200 naciones, que se alcanzará a fines del 2015, para frenar al calentamiento global.
Esta gente parece no haberse enterado de que se ha frenado hace casi 18 años. Por favor alguien que les avise.
Comentario: Recordemos que Silva se benefició con la trágica muerte de Eduardo Campos, cuyas circunstancias dejan más interrogantes que respuestas. No sólo eso, sino que además parece estar vinculada con la CIA. No se pierda estos dos artículos:
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