Los Dueños del Circo
"He sido invitado a Guantánamo, pero no para visitar prisioneros o conversar con ellos", dijo el jurista, tras presentar su informe anual al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, que se reúne en Ginebra.
Según Méndez, la invitación es "a dar una vuelta, hablar con las autoridades y que éstas me muestren las instalaciones, y no todas, sino algunas, y por supuesto bajo estas condiciones no puedo ir".
Recordó que su antecesor en el cargo, Manfred Novak, ya fue invitado en 2004 -bajo la Administración de George W. Bush- a la prisión de la base naval de Guantánamo, pero con las mismas restricciones, por lo que también declinó la propuesta.
En 2010, cuando se convirtió en relator contra la Tortura, Méndez renovó la solicitud -"pensando que recibiría autorización en términos diferentes"-, pero la respuesta de Estados Unidos fue idéntica a la de seis años antes, según contó.
El esfuerzo de reconstrucción alcanzó un nivel mucho mayor de lo que se había previsto, a un ritmo de casi 15 millones de dólares diarios, y los resultados no se correspondieron con los fondos gastados.
En total, incluyendo todos los costos militares y diplomáticos, más otras ayudas, Washington invirtió al menos 767 mil millones de dólares desde el inicio de la intervención militar.
El vicepresidente venezolano advirtió que "una comisión científica investigará qué pasó", y luego reconoció que la salud del presidente empeoró.
Nicolás Maduro, vicepresidentede Venezuela, atribuyó a conspiradores internacionales la enfermedad del presidente Hugo Chávez,y propuso la conformación de una comisión científica para investigar el hecho denunciado.
"No tenemos ninguna dudade que llegará el momento indicado en la historia de que se conforme una comisión científica de que fue atacado por esta enfermedad" por "enemigos que buscaron atacarlo", afirmó Maduro al informar sobre una reunión de Gabinete ampliado, según transmitieron los canales locales.
El funcionario también anunció la expulsión del Agregado Aéreo estadounidense, David del Mónaco: "Ha sido expulsado, tiene 24 horas para irse de Venezuela,nuestras Fuerzas Armadas se respetan. Hemos emitido una nota legal al gobierno estadounidense".
¿Quién no recuerda por ejemplo el peor de todos, la llamada enfermedad de las vacas locas, que estalló en 1996 en el Reino Unido, que causó la muerte a 170 personas? ¿O los debidos a la contaminación del forraje para la alimentación animal con dioxina, una sustancia cancerígena, y que obligaron, entre otras cosas, al sacrificio de miles de cerdos? ¿Y más recientemente el de los pepinos infectados por la bacteria E.coli, que obligó a la hospitalización de 40.000 personas en Europa ?
¿Y qué decir del empleo creciente y sistemático de antibióticos, no para combatir eventuales enfermedades que puedan atacar a los animales, sino para acelerar su desarrollo en condiciones en las que escasean la luz, el aire y aquéllos apenas tienen libertad de movimientos.
Otro medio digital muy leído en Estados Unidos, The Huffington Post, publicó un comentario del profesor Greg Grandin, de la Universidad de Nueva York... Dice el autor que 54 países participaron de varias maneras en el sistema de tortura que Estados Unidos impone al planeta. Casi ninguna parte del mundo se salva de tener en sus fronteras lugares donde se practica la tortura o se encarcela sin juicio. Ni norteamérica, donde está ubicado esta especie de comando central de la tortura, ni Europa, ni Medio Oriente, ni África ni Asia. Casi el mundo entero, sin embargo hay una parte que no alberga la tortura ejercida por Estados Unidos. El mapa lo dice con claridad: el horror de la tortura no se acepta en Latinoamérica. Grandin titula su artículo: La excepción latinoamericana.
Si algo tiene América Latina de sobra son telenovelas y caudillos.
No solamente en la literatura, donde abundan estrambóticos como el de Roa Bastos en Yo el Supremo, solitarios como el de García Márquez en El Otoño del Patriarca, o manipuladores como el Trujillo construido por Vargas Llosa en La Fiesta del Chivo, entre otras tantas crónicas del realismo mágico de la política en nuestro continente.
Algo le ocurre a los pueblos con los caudillos, que entran con ellos en una simbiosis a veces mágica, muchas veces llena de culpa y que soportan todo por seguirlos. Andrés Oppenheimer, el destacado analista de política latinoamericana, lo atribuye a la adolescencia eterna de la política latinoamericana, que siempre necesita reinventarse y por ello va de revolución en revolución, de nuevas constituciones y resurgir de naciones y por supuesto, líderes que lleven a los pueblos al soñado paraíso de la sociedad justa.
Murió Chávez. Murió el ícono del discurso anti-imperialista masivo a escala global. Murió el líder del discurso contrainformativo en las grandes cadenas mediáticas internacionales.
Y con Chávez murió el punto de referencia aglutinante, motivador para las organizaciones y militantes populares que todavía resisten el avance de las estructuras de dominio capitalista trasnacionalizado.
Chávez y su habilidad comunicativa conformaban un "espectáculo" en si mismo. Y gracias a esa situación, las mayorías mundiales pudieron acceder a un discurso contrainformativo que solo puede encontrarse en el mundo reducido de la prensa alternativa o de izquierda.
Estuve en el tribunal militar de Fort Meade, Maryland, el jueves pasado cuando Bradley Manning admitió haber entregado documentos gubernamentales secretos a WikiLeaks. Los cientos de miles de documentos filtrados revelaban crímenes de guerra cometidos por EE.UU. en Irak y Afganistán al igual que actos gubernamentales antiéticos. La declaración de Manning ante el tribunal fue una exposición contundente y conmovedora sobre la importancia de poner la conciencia por encima de la seguridad personal, la necesidad de sacrificar una carrera y la propia libertad por el bien público y el imperativo moral de ejecutar actos de rebeldía. Manning va a pagar seguramente con muchos años de cárcel -quizás el resto de su vida. Pero nosotros también vamos a pagar. La guerra contra Bradley Manning es una guerra contra todos nosotros.
El juicio no es simplemente un caso contra un soldado de 25 años que tuvo la temeridad de reportar al mundo exterior la carnicería indiscriminada, los crímenes de guerra, la tortura y el abuso llevados adelante por las fuerzas de ocupación en Irak y Afganistán. Es un esfuerzo coordinado por el estado de vigilancia y seguridad para extinguir lo que queda de una prensa libre, la que tiene el derecho constitucional a exponer crímenes cometidos por los que detentan el poder. Los individuos solitarios que corren riesgos personales para que el público conozca la verdad -los Daniel Ellsbergs, los Ron Ridenhours, los Deep Throats y los Bradley Manning- desde ahora van a ser acusados de "ayudar al enemigo". Aquellos que desde el interior del sistema hacen público hechos que cuestionan la narrativa oficial serán encarcelados, como lo fue John Kiriakou, el ex analista de la CIA, por revelar que el gobierno de EE.UU. usa la tortura; comenzó a cumplir una sentencia de 30 meses en prisión el mismo día que Manning leía su declaración. Hay un adjetivo que se aplica a estados que crean este tipo de vacío de información: totalitarios.