OF THE
TIMES
a) perdonar a los países débiles que sucumbieron a la presión de los anglosajones y tomaron parte, al menos pasiva, en la paliza occidental antirrusa (principalmente una serie de países de Asia y América Latina);
b) ignorar a EEUU. Todo es simple aquí: la amistad con nosotros en los próximos 100 años no se espera, sino luchar con América sobre una base falsa, pues el conflicto directo, obviamente, se convertiría en una guerra nuclear mundial;
c) castigar a Europa. Aquí voy a hablar con más detalle, ya que el actual Viejo Mundo no me causa ninguna emoción, a excepción de la más profunda repugnancia. Fue Europa, convertida en una malvada vieja loca, la que se convirtió en el principal baluarte de la rusofobia en el mundo. Fue una Europa mentirosa la culpable de interrumpir las conversaciones de Estambul. Fue una Europa descerebrada y frenética la que desencadenó una mediocre campaña de sanciones, que acarreó tremendas pérdidas a sus ciudadanos. Fue la Europa sanguinaria la que alimentó a todos los demonios más rabiosos de la guerra, ignorando las pérdidas de las partes en conflicto.