"En Iraq, al-Qaida lanzó una ofensiva para tomar el control de dos ciudades, Faluya y Ramadi, en las que las tropas estadounidenses se sacrificaron entre 2004 y 2008 para limpiarlas de terroristas."Y así ha empezado el nuevo año, con una fuerte dosis de más lo mismo. Esa es la página editorial del Washington Post que Robert Parry denominó "el megáfono neocon", culpando de la sublevación de al-Qaida en el oeste de Iraq a la retirada de tropas de aquel país ordenada por el Presidente Obama, junto a su incapacidad para invadir Siria el pasado otoño, todo lo cual, acusa el editorial, llega hasta la complacencia frente al creciente peligro y la falta de protección de "los intereses vitales de EEUU".
Y, por si fuera poco, el Post suelta un alarido por las tropas y su sacrificio en nombre de esos intereses vitales. Obviamente, no es demasiado pronto para empezar a realizar una cirugía cosmética en la historia de la era de Bush (tío, es que teníamos a todos esos terroristas fugados), así como sus consecuencias a fin de que la hemorragia no se detenga.
El Washington Post sabe tan bien como tú o como yo que los "intereses vitales" de EEUU, según se definieron en la era Bush (y más nauseabundamente en la de Obama), flotan en un contexto de mentiras, estupidez, cloacas y crímenes de guerra. Sin embargo, su página editorial refleja así la adición a la guerra de Beltway (1), que les empuja a querer más de lo mismo, no importa lo contraproducente que resulte para cualquier valoración racional de los intereses vitales de EEUU.
Comentario: Lecturas recomendadas:
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