OF THE
TIMES
La legitimidad de la clase dominante - cualquiera que sea la forma política que adopte - se basa en la ilusión de que la misma puede proteger a la gente; ya sea de la guerra, del hambre, de las dificultades económicas, o cualquier otro tipo de desastre que interrumpa la rutina cotidiana de sus vidas y medios de subsistencia. El siguiente fragmento ilustra este punto:La cita anterior es del discurso del canciller en la película V de Vendetta, pero podría muy bien haber sido de Obama, Harper o Cameron para el caso.Quiero que este país se de cuenta de que estamos al borde de la destrucción. Quiero que cada hombre, mujer y niño comprenda lo cerca que estamos del caos. Quiero que todos recuerden por qué nos necesitan!
En una patocracia, todos los puestos de liderazgo (desde los más elevados hasta el del intendente de un pueblo y los gerentes de cooperativas comunitarias, por no mencionar a los jefes de las centrales de policía, personal policial de brigadas especiales y activistas en el partido patocrático) deben ser ocupados por individuos con trastornos psicológicos que, por lo general, son hereditarios.Nuestro imperio actual de caos no es una excepción. Es hoy gobernado por una élite patológica que es totalmente corrupta, que promueve la moral y los valores enfermizos, que utiliza la tortura y la violencia para aplastar la disidencia, que se dedica a la guerra sin fin, que demoniza a grandes sectores de la población del mundo debido al color o la religión, en todo momento afirmando proteger la democracia, la libertad de expresión y los ideales humanitarios. Estas palabras pronunciadas por la élite patológica son tan viles y carentes de sustancia como un cerdo muerto una vez que las moscas azules han hecho su trabajo.
"En realidad, no existe mucha diferencia entre las armas letales y no letales. EE.UU. sabe perfectamente cómo se van a utilizar: contra la población civil. El problema consiste en que se violan todos los derechos humanos, es decir es un crimen contra la humanidad", denuncia Nazemroaya.
Comentario: Sin embargo, en tal actitud desesperada, el Imperio es incapaz de ver que se está hundiendo a sí mismo mientras pavimenta el camino a su destrucción. Podríamos especular que Rusia es capaz de ver esto, por ende, sabe que no necesita hacer demasiado para que las acciones lleven a las consecuencias inevitables; más que seguir desenmascarándolos como lo han estado haciendo Putin y Lavrov en los últimos tiempos.
Vea, por ejemplo: