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Contra lo que se puede suponer según el relato reinante, Internet "funciona" según cada país lo dispone. La estructura de la red se organiza según la capacidad de lobby que las empresas, los actores civiles y los gobiernos tienen en cada país, luego en cada región y, finalmente, en base a la historia propia, a la relación con los países vecinos y con el resto del planeta. La mediática sensación de que la sociedad mundial se embarca hacia un futuro perfecto, hiperconectado, glamoroso y pragmático se da contra el piso de la realidad regional, después de asistir al congreso de Lacnic, la organización regional que administra las direcciones IP y pone las reglas del juego. Como se sabe, cada máquina conectada a Internet tiene un "número IP". De allí que cuando la conversación se reduce a números, nombres de dominios, cables transatlánticos y conexiones satelitales las fuerzas que están en juego parecen difusas. Sin embargo, están ahí: sólo basta con aprender el "idioma" en el que hablan los operadores para entender con claridad, cual Neo en Matrix, digamos, que finalmente siempre se discute sobre números.
En este contexto, el caso de la organización Lacnic - con su sede central en Uruguay - es un ejemplo de civismo suprarregional, que ha sabido administrar poderosos intereses, reordenar tensiones y encontrar los mecanismos necesarios para distribuir la escasez que se viene en materia de direcciones IP versión 4 de Internet (ver aparte). Pero no se trata sólo de números: "Tenemos que trabajar en una declaración de principios regional", dice el uruguayo Raúl Echeberría, CEO de Lacnic y responsable de la Internet Society, una de las organizaciones de la red con más peso mundial y en cuyo cargo en otra época estaba el mismísimo Vint Cerf, padre de la red. Echeberría cree que Lacnic debe avanzar en una declaración que incluya el "acceso a la información, la privacidad, la libertad de expresión, los derechos humanos y la neutralidad", entre temas centrales. Pero aceptar esta declaración de principios por todos los actores podría implicar - también - decisiones comerciales. En Internet, se sabe, a las palabras se las lleva (y las recuerda) Google.
Comentario: Realmente no hay que leer mucho entre líneas, es bastante obvio. "Crecimiento" a costa de 50 millones de desempleados y esas serpientes en traje de las transnacionales, que son los mismos que tienen todo el poder económico, salen ganando... como siempre. Resumen si tanta ciencia, números y porcentajes, los ricos se harán más ricos y los pobres más pobres. Abróchense el cinturón.