Las ratas abandonan el barco. La dimisión de Victoria Nuland es un reconocimiento de la derrota de Estados Unidos en la guerra que inició contra Rusia en 2014 con un Golpe de Estado en Ucrania, repartiendo galletas en la Plaza Maidan, algo absolutamente insólito en los anales de la diplomacia.
© Global Look Press / Rod LamkeyVictoria Nuland
Con sólo 62 años, Nuland es demasiado joven para jubilarse, pero le pusieron al frente del Departamento de Estado con un plan en el que gastó miles de millones de dólares inútilmente.
El periódico británico
The Guardian ha escrito el obituario político de Nuland: es el momento de asumir la derrota y sentarse en la mesa de negociaciones; cuanto antes mejor.
Además de la guerra, dice el
Guardian, las sanciones también han fracasado "estrepitosamente", perturbando el comercio mundial. "Puede que incluso perjudiquen a alguien -en particular a los consumidores de energía británicos-, pero no han devastado la economía rusa ni les han hecho cambiar de opinión. Este año se espera que la tasa de crecimiento de Rusia supere la de Gran Bretaña", concluye el periódico (*).
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