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La dependencia de Alemania de su principal banco, Deutsche Bank, para engrasar las ruedas de su economía ha llegado a tal punto que el país parece dispuesto a dejar en un segundo plano ciertos escándalos vinculados con la entidad para mantener las buenas relaciones. Al fin y al cabo, muchas empresas germanas dependen de la financiación de la entidad, recuerda Reuters.Deutsche Bank es uno de los bancos investigados por los reguladores europeos y de Estados Unidos por su presunto papel en la manipulación de las tasas de interés de referencia. Además, la entidad coopera con las autoridades alemanas en una investigación independiente sobre fraude fiscal. El banco ya ha negado las acusaciones de que infravaloró derivados y malvendió valores respaldados por hipotecas.
Esta serie de acusaciones dañarían la reputación de cualquier banco, señala en un artículo
Reuters.
Pero el respaldo de los líderes empresariales y miembros clave del consejo de supervisión del banco parecen estar ayudando a los nuevos co-presidentes ejecutivos del banco, Anshu Jain y Juergen Fitschen, a poner los escándalos en un segundo plano para esconderlos en cierta forma. Esta base de apoyo es crucial para
Deutsche Bank, especialmente ante las próximas elecciones en Alemania.
En los próximos días se esperan nuevas informaciones sobre
Deutsche Bank. El regulador alemán debe publicar un informe sobre la presunta participación del banco en la manipulación del Libor. En el informe, apunta
Reuters, se pondrá a prueba el compromiso de Alemania para mantener fuerte a
Deutsche Bank por el bien de su economía exportadora.
Ese compromiso es un tema común en las entrevistas que la citada agencia de noticias ha llevado a cabo con el personal de Deutsche, líderes empresariales, fuentes del regulador y directores bancarios. Varias fuentes familiarizadas con el informe del regulador han dicho que se centrará en los "fallos organizativos" en lugar de culpar a Jain o Fitschen, lo que hace menos probable que Berlín les exija que se marchen.