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La literatura de ciencia-ficción ha imaginado chips insertados bajo la piel, analizadores de genoma e incluso 'enchufes' cerebrales para explicar cómo el Gran Hermano, sea quien fuere, acabará controlando a las masas. Sin embargo la respuesta suele estar a la vista de todos, que es donde mejor se esconden los grandes secretos. ¿Y qué mejor método para controlar a los ciudadanos que la matrícula de su coche?
La pequeña localidad de Tiburon, en California, está siendo objeto de lo que podría ser el principio de un auténtico Gran Hermano. El control íntegro de los vehículos de la zona.
Se trata de una red de cámaras inteligentes, dispersas por toda la localidad, que son capaces de 'leer' hasta 60 matrículas por segundo. Hasta ahora nada que las distinga de las cámaras que usa la Policía en España para multar a los que superan el límite de velocidad, ¿verdad?
La novedad radica en que las nuevas License Plate Readers (LPR, por sus siglas en inglés) no solo fotografían la placa, sino que la 'leen' y contrastan la información con cualquier base de datos disponible sin mediación humana. Por ejemplo, esta nueva tecnología podría comprobar, con solo pasar a su lado, que usted tiene multas de tráfico pendientes... o que se está acercando a su cónyuge pese a que existe una orden de alejamiento. También es especialmente útil para saber cuándo un pederasta se acerca a una zona escolar o para detectar coches con matrículas robadas o falsas.