
© Farideh FarhiManifestaciones en las calles de Teherán el lunes 4 frente a la antigua embajada de Estados Unidos.
WASHINGTON, 6 nov 2013 (IPS) -
Cuando se cumplen 34 años de la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán, cada vez más analistas creen que Washington y Teherán avanzan hacia una distensión en las relaciones, si no a una reconciliación.Mientras manifestantes radicales se reunían el lunes 4 frente a la embajada estadounidense en Teherán para celebrar el aniversario de la crisis, negociadores de ambos países se preparaban para conversaciones clave esta semana en Ginebra sobre el futuro del plan nuclear iraní.
En la ciudad suiza se sentarán a la mesa representantes de Irán y del llamado P5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia más Alemania). Las conversaciones podrían incluir un encuentro cara a cara entre altos funcionarios estadounidense e iraníes.
Sería el tercer contacto de alto nivel desde que el secretario de Estado (canciller) estadounidense John Kerry dialogó en privado durante una hora en Nueva York con el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, en el marco de las sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a fines de septiembre.
Luego de esa reunión, el presidente estadounidense Barack Obama hizo una llamada telefónica sin precedentes a su par iraní Hasán Ruhaní, cuando este se disponía a visitar la sede de la ONU.
Estas fueron las conversaciones de más alto nivel entre los dos países desde la Revolución Islámica de 1979.
La rapidez e intensidad de este
acercamiento claramente infunden confianza en Washington, y al parecer también en Teherán.
Ambos gobiernos parecen comprometidos en la búsqueda de un acuerdo e interesados en iniciar un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, a pesar de la oposición de los sectores más radicales de ambas naciones.