Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

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El estado al que la ONU podría reconocer está prácticamente desaparecido
Es una realidad que el tiempo y el mundo olvidaron. Se llama Ocupación y está ahora en su año 45. Impuesta en un paisaje del tamaño de Delaware, permanece en gran medida oculta a la vista, aunque los titulares de Oriente Medio de otros lugares se aprovechen. Los diplomáticos van y vienen desde Washington y Bruselas a las capitales del Medio Oriente; la alianza turca-israelí se rompe en medio de las valientes declaraciones del primer ministro turco; las muchedumbres asaltan la Embajada israelí en El Cairo mientras los embajadores israelíes huyen de la capital egipcia y de Ammán, la capital jordana; y, desde luego, tenemos el titular de titulares, el éxito del momento, la campaña de la Autoridad Palestina por el reconocimiento del Estado palestino en las Naciones Unidas, que desencadenará el veto de la administración Obama en el Consejo de Seguridad.
Pero a pesar de cualquier cosa que hagan turcos, egipcios y estadounidenses, cualquier satisfacción simbólica que la Autoridad Palestina pueda conseguir en la ONU, ahí está siempre la Ocupación y en cuanto a eso - se lo dice alguien que acaba de pasar el verano viviendo en Cisjordania-, Israel no va precisamente perdiendo sino ganando la batalla, al menos en lo que más les importa a palestinos e israelíes, la del control sobre cada metro cuadrado del territorio. Centímetro a centímetro, metro a metro, el proyecto expansionista de Israel en Cisjordania y Jerusalén va, de hecho, cobrando impulso, asegurándose de que la "nación" a la que los miembros de la ONU podrían reconocer sea cada día un poco más pequeña, un poco menos viable, un poco menos de todo allí.