Traducido por el equipo de SOTT.net
Las élites de la UE y los globalistas con amplia influencia política han estado en pie de guerra en los últimos años, ya que cada vez es más evidente que la población europea se está volviendo más conservadora cada vez que hay nuevas elecciones.
© AP Photo / Daniel Cole
En Alemania, las autoridades izquierdistas están intentando prohibir el
partido conservador
AFD, principalmente porque se opone a la inmigración masiva (una postura que los progresistas consideran «xenófoba»).
El AFD es actualmente el segundo partido político más popular de Alemania y se espera que adquiera una influencia sustancial en las elecciones federales de 2025, a menos que se impida la participación de sus candidatos.
En Austria, el conservador Partido de la Libertad obtuvo una victoria en las elecciones parlamentarias de septiembre, aunque los partidos de izquierdas y centristas intentan cimentar una coalición para
anular la capacidad de gobierno del Partido de la Libertad. Los medios de comunicación europeos han comparado constantemente el éxito del Partido de la Libertad con el ascenso del Tercer Reich. El único recurso de los izquierdistas fracasados es afirmar que sus oponentes son «literalmente Hitler».
Un golpe de coalición similar fue aprovechado en Francia bajo Emmanuel Macron para frenar al Partido de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen. La coalición es un desastre fragmentado, pero sirvió a su propósito de interrumpir la voluntad de los votantes franceses que buscan un gobierno más pequeño y fronteras seguras.
Hay que tener en cuenta que las mismas personas que aúllan constantemente sobre las «amenazas a la democracia» ahora intentan silenciar a algunos de los partidos políticos más grandes de Europa porque no se someten a las ideologías progresistas. Por ejemplo, si se prohíbe la AFD, ¿quién va a representar la voluntad de millones de votantes conservadores alemanes? Al
establishment izquierdista no le importan esos votantes ni sus preocupaciones, ni tampoco unas elecciones justas. Su visión de la democracia es una farsa.
Comentario: Hoy aquí, mañana no... esto es una locura.