Teherán y Riad rompen el fino lenguaje indirecto oriental que utilizaban para mostrar su odio mutuo y pasan al ataque, de momento, verbal. 
© APUn miliciano Houzi chiíta monta guardia mientras otra gente busca supervivientes bajo los escombros tras los bombardeos sauditas cerca del aeropuerto de Sanaa.
A pesar de que el desencadenante ha sido la
agresión militar de Arabia-EEUU a Yemen, la noticia de la supuesta agresión sexual a dos peregrinos iraníes en el aeropuerto de Jeddah desató la furia en el poder de Irán: se organizaron protestas anti-saudíes, se suspendieron las "peregrinaciones menores" (Hay Umrah) a la Meca a las que se apuntan medio millón de fieles al año, y como guinda, el general Ahmad Purdastan, el comandante de las fuerzas terrestres de Irán, llegó a advertir al vecino árabe del "día en que los petardos estallen en Riad" por denegar el permiso de aterrizaje a un avión de pasajeros iraní en su suelo.
Sin embargo, lo que más dolió al rey Salmán fueron las palabras del Ayatolá Jamenei: que
unos jóvenes sin experiencia en Riad estén reemplazando la dignidad con la barbarie, referiéndose al joven príncipe Mohamed, a cargo del Ministro de Defensa y de la Casa Real, que para más
inri es también hijo del propio monarca, quien acusó a Teherán de apoyar el terrorismo Houzi en Yemen. El Gobierno de Hasan Rohani hizo de bombero, afirmando que el asunto del asalto sexual fue un malentendido y que los saudíes han prometido castigar a los responsables, aunque poco podrá hacer frente a la nueva política exterior de Arabia, la más agresiva y la más expansionista de la corta historia de éste país.
Comentario: Las potencias occidentales con ayuda de sus socios en la zona han instaurado un reino de caos en las tierras de Oriente Próximo.
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