Comentario: en Paraguay, después del golpe de estado que destituyó al Presidente Lugo, ha comenzado un evidente proceso de entrega de la soberanía agraria a la multinacional Monsanto, permitiendo que ésta introduzca masivamente los transgénicos al país. Este proceso, que está en clara sintonía con los intereses de los grandes empresarios agrícolas y latifundistas del país, ha sido apoyado desde un comienzo por el diario ABC Color (el de mayor tirada en todo el país). Este diario, perteneciente al grupo Zuccolillo, tiene un largo historial de manipulación de la información y de un accionar conforme a intereses oscuros.
Podrá apreciarse en el siguiente artículo como se ponen en marcha los mecanismos de control de daños de un sistema perverso. Recientemente se publicaron los resultados de un estudio (Impactantes resultados de estudio: Productos GM provocan enormes tumores) en donde se pone de manifiesto dos cosas fundamentales: que el consumo de transgénicos tiene un efecto nocivo sobre el organismos, y que durante años la industria de la biotecnologia, en conjunto con gobiernos y también la industria farmacéutica, han hecho lo imposible por mantener este hecho en la oscurida. Los resultados del estudio vinculan el consumo de una variedad de maiz transgénicos al desarrollo de tumores. ¿Cuál debería ser una actitud neutral interesada en la verdad? Pues investigar, cotejar contra otros estudios, validar fuentes, tratar de contactar a los autores del estudio, etc. Pues nó, el diario ABC Color salió directamente a destruir el estudio, haciéndose eco del aparato de desinformación vinculado a la misma industria de los OGM de un modo tan alevoso, que no quedan dudas respecto al servicio de quién están.
El estudio dirigido por el francés Gilles-Eric Seralini, publicado el pasado miércoles en la revista Food and Chemical, en el que se apuntan riesgos de salud por el consumo de maíz genéticamente modificado (GM), ha sido fuertemente criticado por la comunidad científica, según la fundación Antama.

Los científicos encontraron que las ratas expuestas a la más mínima cantidad, desarrollaron tumores mamarios y hepáticos graves y daño a los riñones desde los cuatro meses en los machos, y siete meses para las hembras.
Añade que el estudio analiza los efectos del consumo de un maíz GM cuya seguridad ya ha sido evaluada y confirmada en repetidas ocasiones por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
En países como Estados Unidos se llevan más de 20 años consumiendo organismos modificados genéticamente, sin que se haya detectado ningún efecto adverso. La información detalla algunas de las inexactitudes científicas del estudio de Gilles-Eric Seralini que la comunidad científica ha criticado. En primer lugar, que el análisis estadístico es cuestionable o incorrecto. El tamaño de la muestra es demasiado pequeño y el grupo de control es inadecuado para extraer conclusiones generalizables.
Agrega que el maíz como única dieta alimenticia de las ratas no es un punto de análisis realista. Además, el estudio no indica la cantidad de maíz con que se alimentó a las ratas durante el estudio.
En tercer término, dice que el informe no sugiere que los efectos tumorales en las ratas fueran causados por la ingesta de maíz modificado genéticamente.