Los Dueños del Circo
Casi 80% de las 1.2 millones de hectáreas ocupadas por la agricultura en Uruguay están sembradas con soja y maíz. Según la Dirección de Estadísticas Agropecuarias estatal y la Cámara Uruguaya de Semillas privada, la totalidad de la soja y al menos el 80% del maíz son transgénicos, es decir, son organismos genéticamente modificados (GM).
España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. Mientras, países como Austria, Alemania, Italia, Bulgaria, Grecia, Hungría, Luxemburgo, Polonia o Francia han optado por prohibir su cultivo basándose en evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, la imposibilidad de evitar la contaminación genética de otros cultivos y sus incertidumbres sobre la salud.
¿Cuál es el negocio del campo argentino? ¿Vender sus productos a países subdesarrollados con menor poder adquisitivo que las grandes naciones del planeta?
En Alemania un apicultor hace juicio a cualquier productor que cultive los peligrosos transgénicos, mientras tanto, en Argentina, el Grupo Clarín, el gobierno nacional y la oposición festejan nuevos acuerdos entre el campo y Monsanto.
Ignorando groseramente las evidencias científicas que llevaron a muchos países a prohibir este tipo de cultivos, en Argentina se pueden plantar transgénicos indiscriminadamente, hasta es aconsejado por nuestros políticos y ministros: "...si quieren salvarse planten 200 o 300 hectáreas de soja..." ¿Salvarse de qué? ¿De perder un mercado como Alemania o Francia y toda Europa? Alemania (el estado que mejor paga), no quiere mieles con pólenes de transgénicos.
Esto es sólo el principio de una crisis financiera.
De granero del mundo a basurero del mundo.
Los contratos con Monsanto encierran terribles consecuencias para los productores, esclavizándolos, y al mismo tiempo, día tras día los transgénicos son mas cuestionados por la ciencia por ser contaminantes y peligrosos para el consumo humano.
Europa ya separa en góndolas especiales a los alimentos que posean transgénicos, incluyendo la Coca Cola, y aunque casi todos los productos GM están señalados con una etiqueta, Europa está a un paso de etiquetar también a TODOS los alimentos que contengan ingredientes derivados de transgénicos (o contaminados con residuos de herbicidas), como una medida para proteger al consumidor.
La era de los medios masivos de comunicación es también, indisociablemente, la era de la publicidad. Ya que la publicidad, una industria anual de medio billón de dólares, fondea la comunicación en todo el mundo, la información está en buena medida determinada por las grandes corporaciones que inyectan miles de millones de dólares a los consorcios mediáticos. Recordemos que en el sentido más básico la información es lo que programa nuestra realidad. Ahora bien, la publicidad sirve a una serie de intereses, el principal de ellos: la propagación de un estilo de vida.
Uno de los padres de la publicidad fue Ed Bernays (sobrino de Sigmund Freud), para quien la publicidad es un eufemismo de la propaganda (después de Goebbels este término fue relegado justamente como una estrategia de marketing de la misma publicidad). Bernays desarrolló una serie de conceptos que marcarían el destino de la publicidad, entre ellos el de "ingeniería del consenso" o "empoderamiento a través del consumo", implementando el modus operandi fundamental de la asociación de un producto con el inconsciente (algo que tal vez aprendió de su ilustre tío). Actualmente, gracias a Bernays y a otros más, la publicidad es la propaganda del consumismo por todos los medios posibles. Más allá de un mensaje puntual de tal o cual producto, la publicidad promueve siempre el consumo y esto es algo que tiene serias consecuencias en el individuo y el planeta.
El profesor Justin Lewis, de la Universidad de Cardiff, ha escrito un notable ensayo sobre los peligros de la publicidad en el mundo actual, haciendo hincapié en que podemos estar acercándonos al punto en el que la publicidad se convierta en un serio peligro para el planeta.

Anonymous se ha establecido como una holgada red de vigilantes. Pero hay que tener cuidado, ya que desafortunadamente también atrae a individuos patológicos, cuya idea de ‘revolución’ es aquella que socava una ‘utopía’ totalitaria, en donde ellos tienen la libertad de esclavizar a la humanidad.
Sin embargo, el hacktivismo en Internet tiene un precio. De 'terroristas domésticos', ahora tenemos el potencial para 'hacker terroristas domésticos', y los principales gobiernos Occidentales y las corporaciones de medios de comunicación rápidamente han comenzado a pregonar este nuevo ángulo en la 'guerra contra el terrorismo'. The Economist, por ejemplo, describió a la ciberguerra actual como "el quinto dominio de la guerra", y el Sub-secretario de la Defensa estadounidense, William J. Lynn, declaró en el 2010 que "como materia doctrinal, el Pentágono ha reconocido formalmente el ciberespacio como un nuevo dominio de guerra... [que] se ha vuelto tan crítico como las operaciones militares en tierra, mar, aire y espacio."
No obstante, el verdadero problema potencial relacionado con los grupos 'hacktivistas', es la posibilidad de infiltraciones por parte de operativos del gobierno y la desviación de sus agendas justicieras para que sirvan a las agendas del gobierno y el ejército de EEUU. Mientras que la ciberguerra normalmente está dirigida a poderes extranjeros hostiles, podría decirse que es la hermana menor de COINTELPRO. Justo como la supuesta amenaza 'terrorista' ha avanzado lenta pero progresivamente a lo domestico con la acentuada asociación propagandística entre la disidencia social y la amenaza de 'terrorismo doméstico', cada vez más la ciberguerra ha fijado como objetivo a aquellos ciudadanos que toman una posición crítica ante los crímenes de los poderes corporativos, económicos, militares y políticos actuales. Después de todo, la única manera de reprimir a los disidentes que están en contra de los crímenes y la corrupción, tan sistémicos y obvios, es a través de una guerra de información, es decir, propaganda. Por lo tanto, es probable que la ciberguerra y el 'hacktivismo' jueguen un rol central en COINTELPRO del siglo 21.
Por ende, no es ninguna sorpresa que la ciberguerra haya engendrado toda una industria de firmas y organizaciones privadas y militarizadas, especializadas en esta nueva forma de 'contra inteligencia'.
Fretes reveló el misterio guardado como secreto de Estado por los organismos de seguridad y los militares. Cuenta que la construcción del Cuartel imperial se hizo en medio de un gran hermetismo y en el más absoluto secreto en la ciudad de Mariscal Estigarribia. Gracias a su condición de ex cura pudo ingresar en aquella fortaleza construida en medio de la selva chaqueña.
Construcción de la "Base Yanqui"
En los primeros meses del 2008 se iniciaron las obras y a un ritmo acelerado, con millones de dólares en gastos, pudo terminarse las construcciones de pabellones para las tropas militares yanquis en tan solo dos meses.
Con anterioridad se usaba la infraestructura interna de la milicia paraguaya como Base Militar. Sin embargo, planificaron y pusieron en marcha una operación de construcción de su propia infraestructura militar. ¿Se temía los cambios que se venía en Paraguay y planearon detenerlo?
Hanning declaró que los datos no confirmados de la inteligencia alemana sobre la presunta existencia de laboratorios móviles de producción de armas biológicas en Irak fueron presentados por EEUU como auténticos para justificar la invasión del país.
De este modo, August Hanning negó las acusaciones previas contra la inteligencia alemana de haber facilitado el inicio de la guerra. "La responsabilidad por la guerra debe ser asumida por los norteamericanos", precisó.
En su entrevista a la publicación alemana Welt am Sonntag, Hanning reveló que Washington había planeado la guerra en Iraq ya en 2001: dos semanas después del 11-S la BND recibió una carta oficial de la CIA con una petición de compartir sus datos de inteligencia sobre Iraq. "Para mí esta carta fue la primera indicación de la preparación de una operación militar de EEUU en Iraq", agregó Hanning.
Punta de lanza de la operación que permitió poner fin al gobierno de Gadafi, Francia y el Reino Unido reunieron en París a 13 jefes de Estado y una veintena de ministros, entre ellos la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton y el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, para reunir el apoyo de la comunidad internacional para el Consejo nacional de transición (CNT), el órgano político de los insurgentes libios.
La comitiva de la CNT, cuya formación mantiene escéptica a una parte importante de la sociedad libia, estuvo liderada por sus dos dirigentes más importantes: el ex magistrado y ministro de Justicia Moustafá Abd el-Yalil y el economista Majmud Yibril.
"La ayuda sutil de los países amigos de Libia nos permitirá salir de esta situación dramática. Estamos agradecidos por todos estos esfuerzos, con vuestra ayuda podremos reorganizar nuestro país. Necesitamos estabilidad, paz y reconciliación", declaró en francés el presidente del órgano político insurgente Abd el-Yalil.
Si se toma en consideración que el 95% de las exportaciones de Libia antes de estallar la guerra civil eran petróleo y gas, se entiende perfectamente de qué se trata.
El "modelo libio" y la postura rusa
También se entiende que la "herencia petrolera" de Libia no se repartirá en partes iguales. La mayor parte pertenecerá a los que votaron a favor de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la "protección de la población civil" y la "aplicación de la zona de exclusión aérea". Nadie lo formulará así directamente pero todos recuerdan quien participó en la operación y quien no.
De modo que Moscú, que se abstuvo en la votación de la mentada resolución, no será para las autoridades rebeldes un socio tan evidente como la OTAN. Mientras tanto, Rusia tiene mucho que perder si la "engañan" en Libia igual que le "engañaron" en Iraq. La fórmula utilizada es asombrosamente parecida.
Las cuentas son sencillas. En abril de 2008 Rusia condonó la deuda libia de 4,5 mil millones de dólares, pero a cambio obtuvo contratos millonarios. El más importante de ellos corresponde a un contrato por un monto de 2,2 mil millones de dólares para la construcción de una vía férrea de 550 kilómetros de largo que unirá Sirte con el puerto de Bengasi.
Anteriormente, las empresas rusas Tatneft y Gazprom entraron en el mercado libio ganando concursos para explorar yacimientos en las cuencas de Ghadamés y Sirte. Además, Gazprom tenía acordado la constitución en Libia de una empresa conjunta de "ciclo completo": desde la exploración geológica hasta la extracción, transporte y refinación del crudo. Las perspectivas eran grandiosas.
La portavoz de la CIA, Jennifer Youngblood, afirma que estas acusaciones de censura son "ridículas". Según sus palabras, todos los libros de este tipo pasan un control, pero su único objetivo es no dejar que publiquen información clasificada.
Ali Soufan es un estadounidense de origen libanés que trabajó para el FBI hasta el año 2005. En su libro acusa a la CIA de no haber compartido con su servicio información que podría haber ayudado a prevenir los atentados de 2001. Asimismo acusa a los agentes de haber torturado a los sospechosos cuando no era necesario y resultaba poco eficaz. Esta información no es nueva ni clasificada, ya que fue revelada en unas sesiones del Congreso de EE. UU.
Según Rhodes, la nueva estrategia de Estados Unidos es más eficaz y menos costosa. Si la actitud estadounidense durante la administración de George Bush la considera "ocupación", la de Obama es una "liberación nacional".
El consejero menciona dos principios nuevos: el cambio del régimen se realiza directamente por un movimiento nacional y EE. UU. comparte la responsabilidad internacional con sus aliados.
"La estrategia de la intervención militar en Libia podría aplicarse también en otros casos", señaló Rhodes.