Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales BastosEl reciente debate entre los candidatos demócratas a la presidencia dejó entrever la inveterada postura a favor de Wall Street de [Hillary] Clinton, aterradora porque se basa en una fusión de militarismo y capitalismo, ambos en grado sumo.
Clinton, la harpía
(sic) de la intervención y el cambio de régimen de la Guerra Fría, ha utilizado la política exterior estadounidense para potenciar al máximo un modelo de globalización definido y patrocinado por Estados Unidos basado en rodear, contener y asilar tanto a Rusia como a China para forjar una estructura jerárquica interna de políticas económicas y sociales retrógradas que favorecen a los grupos financieros e industriales de elite actualmente se considera popularmente que constituyen el 1% pero que en realidad es un sistema mucho más complejo debido a sus puntales militaristas/expansionistas. Cuando el fascismo llegue a Estados Unidos y si llega (si es que no lo ha hecho ya), se disfrazará engañosamente: no será un republicanismo empedernido de extrema derecha sino un liberalismo respetable y aparentemente razonable personificado en la pareja Cliton con Obama cultivando el terreno intermedio.
¿Quién necesita a Rubio, Cruz, Bush (1), etc., etc., cuando Clinton ya posee, mejor que ellos, el paradigma articulado de Wall Street, del Pentágono, de la planificación y conexiones de
think thank que ha impulsado el papel contrarrevolucionario de Estados Unidos en los asuntos mundiales, todo asimilado y listo para ser llevado a cabo? Así pues, digo "matriarcal" no para indicar el género
per se, sino en su caso concreto una figura controladora y dominante dispuesta a hacerse cargo de todo el aparato de poder, la nueva jefa de la familia que utiliza el subterfugio de ocuparse maternalmente de los desfavorecidos y de los pobres para reafirmar y fortalecer a una clase dirigente que busca el dominio político ideológico tanto en casa como en el extranjero al tiempo que persigue los objetivos imperialistas tradicionales de penetración del mercado, el suministro continuo de materias primas, las ventajas de la externalización basada en un mercado laboral mundial y el subsiguiente retraso de la modernización y autonomía del tercer mundo. Bill Clinton es una minucia comparado con lo que la Sra Clinton puede hacer bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo y del neoliberalismo: un mundo abierto a la expoliación y la rapiña estadounidense (incluida la aceleración del cambio climático).
Comentario: Lectura recomendada: 1177 B.C.: The Year Civilization Collapsed, por Eric H. Cline.