Los Dueños del Circo
La idea de los sistemas de defensas antimisiles, comúnmente conocidos como "escudos antimisiles", forma parte de la ya demasiado larga carrera armamentista; y surgió en los Estados Unidos en la década de 1940, concebida como un mecanismo que protegiera el territorio de ese país de un ataque con armas nucleares, incluso en momentos en que solo Estados Unidos poseía ese tipo de armamento.
Desde que Estados Unidos ensayó con éxito el arma atómica en 1945, que fue seguido por el ensayo atómico en la Unión Soviética en 1949; y por sucesivas espirales en la carrera armamentista, la concepción del escudo antimisiles, con diferentes variantes, siempre estuvo presente. Precisamente, la decisión de la Unión Soviética y de los Estados Unidos, de firmar en 1972 un Tratado de Defensa Antimisiles, tuvo como finalidad concreta no solo la protección del territorio de ambos países, sino también limitar la producción y el despliegue de este tipo de sistema, en la convicción de que su poseedor podría verse estimulado a propinar un primer golpe con armas nucleares.
Es eso lo que explica que ese Tratado de Defensa Antimisiles, conocido más comúnmente como Tratado ABM, limitara el despliegue de esos "escudos" únicamente a dos áreas en cada país y no a la totalidad de los respectivos territorios; con un radio de acción de alcance limitado; y con un determinado número de lanzadores. En el año 1974, durante la década de la "distensión", Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron limitar las áreas "protegidas" a solo una en cada país. Tal era la relevancia y pertinencia que se le concedía al Tratado ABM.
La idea del escudo antimisiles, sin embargo, reapareció repentinamente con mucha fuerza y gran publicidad en los Estados Unidos el 23 de marzo de 1983, cuando el entonces presidente Ronald Reagan, anunció en la televisión de su país su "Iniciativa de Defensa Estratégica", conocida comúnmente como "guerra de las galaxias" que, en su esencia, planteó la creación de un gran paraguas nuclear, capaz de detectar y destruir todos los misiles dirigidos hacia cualquier parte del territorio norteamericano.
El complejo militar-industrial estadounidense vendió un 78% de las armas del mundo en 2011. Rusia está en el segundo puesto, lejos, con solo 4.800 millones de dólares en ventas de armas.
En una rueda de prensa en junio de 2012 Andrew Shapiro, secretario adjunto de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos-Militares, dijo: "Hoy puedo confirmar que ya es un año récord en las ventas militares al extranjero. Hemos sobrepasado los 50.000 millones de dólares en ventas en el año fiscal 2012", que termina el 30 de septiembre. Shapiro dijo que era demasiado pronto para predecir si 2013 traerá otro aumento de las ventas militares al extranjero.
A pesar de la dominación global de EE.UU., el sábado los editores neoconservadores del Washington Post publicaron un artículo afirmando que China es un exportador mundial de armas emergente.
"China... se ha transformado del mayor importador de armas del mundo a un importante productor y su producción interior saltó un 95% de 2002 a 2006 y de 2007 a 2011, convirtiéndose en el sexto exportador de armas del mundo".
El conflicto sindical comenzó porque los trabajadores exigían 1.250 euros de sueldo fijo. Las condiciones sociales de estos trabajadores son moralmente lacerantes; las económicas, 400 euros fijos, también respecto a los beneficios de la empresa. Sin embargo, unas y otras, serían un sueño dorado para cualquier minero en los países del entorno. Sobran ejemplos para llenar las páginas de varios periódicos.
- Para muchos es un héroe cuya información permitió recuperar cientos de millones en impuestos impagados
- Suiza lo reclama a España al considerarlo un delincuente
No hubo que hacer grandes esfuerzos para encontrarlo. Ahí estaba. Delante de sus narices. En la pantalla del ordenador frente al que había pasado los últimos seis años en la sede del HSBC de Ginebra tratando de mejorar los programas de bases de datos de clientes de uno de los primeros bancos del mundo. Lo que los ojos de Hervé Falciani estaban contemplando ese día de octubre de 2006 era oro puro. Información secreta. O al menos opaca. Datos protegidos por el sacrosanto secreto bancario suizo. Cuentas millonarias engordadas durante años por transferencias invisibles y flujos financieros de origen dudoso imposibles de trazar. De seguir. De investigar. Lo que este ingeniero informático de 34 años, casi recién salido del mejor instituto tecnológico de Francia, el Sophia Antibes, tenía delante eran miles de depósitos de ciudadanos y empresas extranjeras forjados a base de enormes sumas de dinero y colocados allí, lejos del alcance de sus respectivos Gobiernos para no pagar tributos. Ficheros que otros bancos de la competencia hubieran dado cualquier cosa por tener. Pruebas de delitos que habrían servido para chantajear a cientos de personas y exigirles dinero a cambio de silencio. Un tesoro para cualquier inspector de Hacienda. Una de las mayores bolsas de fraude jamás descubierta. Lo que estaba viendo Falciani, en suma, eran miles de millones en impuestos impagados. Por cobrar. En decenas de países.
De acuerdo con las declaraciones de Aye Win, entre los detenidos se encuentran dos trabajadores de la agencia para los refugiados de la ONU y un tercero es empleado del Programa Mundial para los Alimentos.
Según la sentencia dictada el viernes por el tribunal de Maungdaw, los primeros dos empleados fueron condenados a seis años de cárcel y el tercero a dos años, ya que intentaban avivar la violencia y las discrepancias sectarias y religiosas entre los extremistas budistas de Rakhine y la minoría musulmana Rohingya en el país asiático.
Fue indudablemente algo «grande». Todos y sus vecinos estaban presentes. El emir de Catar, el presidente Morsi de Egipto, el presidente Gul de Turquía, Mahmud Abbas de la Autoridad Palestina, el afgano Hamid Karzai, el primer ministro Zardari de Pakistán, Marzouki el nuevo líder tunecino, el rey Abdullah de Jordania, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad en persona. Los 57 Estados miembros de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en representación de más de 1.500 millones de musulmanes de todo el mundo.
Arab News no pudo resistir la tentación de extasiarse poéticamente:
«En La Meca, anoche la Santa Kaaba y la Gran Mezquita estaban bañadas en brillantes luces. El gigantesco Reloj Real brillaba con luces verdes en una clara noche sin luna. Mientras la voz alentadora del almuecín reverberaba en la montañosa ciudad en Isha, los dirigentes mundiales, sentados en el Palacio Al-Safa junto a la Gran Mezquita, repitieron Alá es Grande siguiendo su voz».
Hace 4 siglos que los líderes políticos vienen tratando de crear un orden internacional capaz de regir las relaciones entre las naciones y de evitar las guerras. Aunque el principio de la soberanía de los Estados arrojó resultados, las organizaciones intergubernamentales han reflejado esencialmente la correlación de fuerzas correspondiente a cada momento. En cuanto al ambicioso proyecto estadounidense de Nuevo Orden Mundial, el hecho es que está estrellándose contra las nuevas realidades geopolíticas.
La lenta formación de un orden internacional
Si bien la expresión «orden mundial» es de reciente aparición en el discurso político, la idea misma de instaurar un orden mundial, o internacional, data ya del siglo XVII y fue tema de discusión cada vez que se presentaba una posibilidad de organizar la paz y de darle un carácter permanente.
Un reporte del 15 de Noviembre de 1998 publicado por el Sunday Times sugiere que el Instituto "está trabajando en una arma biológica que podría herir a los Árabes pero no a los Judíos."
Israel planea fabricar una bomba "étnica" mientras Saddam cede
The London Times
Noviembre 15, 1998
Israel está trabajando en una arma biológica que podría herir a Árabes y no a Judíos, de acuerdo a fuentes de inteligencia israelíes y occidentales. El arma, cuyo objetivo serían víctimas de cierto origen étnico, es vista como la respuesta Israelí a la amenaza de Irak de realizar ataques con armas químicas y biológicas.
Un científico dijo que la tarea era inmensamente complicada porque tanto los Árabes como los Judíos tienen orígenes semíticos. Pero añadió: "Sin embargo, han logrado exitosamente aislar una característica en el perfil genético de ciertas comunidades Árabes, particularmente de la población Iraquí".