Los Dueños del Circo
El objetivo de Obama era poner en escena la vitalidad de la alianza entre los dos países, lejos de los desacuerdos que marcaron la presidencia de George W. Bush. Pero también agradecer el respaldo de Hollande en asuntos como Siria o el Norte de África en un momento en el que EEUU aspira a ejercer su liderazgo con menos operaciones militares en el exterior.
Hollande y Obama firmaron juntos un artículo en Le Monde y en el Washington Post y respondieron a las preguntas de los periodistas antes del almuerzo y después de su encuentro en el despacho oval.
En ese contexto, cuando la tendencia hacia la polarización social del sistema parece imparable cabe preguntarse, ¿se compadece esa situación de desigualdad social con la democracia? ¿Es posible asegurar el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo cuando una minoría acapara la riqueza y la inmensa mayoría se empobrece?
En el marco del capitalismo neoliberal la respuesta, rotundamente, es no. Comparto la opinión de L.D. Brandeis (1856-1941), juez de la Corte Suprema de los EE UU cuando advertía: "Podemos tener democracia o podemos tener la riqueza concentrada en pocas manos, pero no podemos tener ambas".
Se trata de una contradicción insalvable. Una sociedad en la que una minoría de propietarios acapara la riqueza hace imposible el ejercicio de la democracia y es, en realidad, una plutocracia encubierta. La prueba irrefutable es que allí donde la riqueza se concentra en unos pocas manos se gobierna no en beneficio del pueblo, de la mayoría ciudadana social, sino en provecho de la élite que solo aspira a acumular una mayor proporción de la riqueza si cabe. Es lo que sucede hoy en EE UU, en la UE y en España.
Thierry Meyssan estima que este cambio de posición tenía como objetivo desviar la atención de los medios hacia Siria mientras se negocia en secreto el tema de más interés para Estados Unidos: Palestina.

En la apertura de Ginebra 2, John Kerry defendió la posición de Arabia Saudita: exclusión de Irán, composición de la delegación de la oposición limitada a los actuales miembros de la Coalición Nacional, renuncia y enjuiciamiento de Bachar al-Assad.
Todos han sido testigos de las constantes dilaciones de Washington y de las incesantes contradicciones del secretario de Estado John Kerry en sus declaraciones.
Todos recuerdan la evolución conciliadora de su discurso después de la crisis de las armas químicas y la convocación de Ginebra 2, seguida - para sorpresa general - de la declaración de los «Amigos de Siria» [1] y de su discurso inaugural en Montreux [2], donde planteó como único objetivo un cambio de régimen en Damasco, violando así los compromisos contraídos y provocando el fracaso de la conferencia. Eso, sin entrar a mencionar la composición monocromática de la delegación de la «oposición siria» y la anulación in extremis de la invitación que ya se había enviado a Irán.
Desde hace 3 años, Washington acusa diariamente a Bachar al-Assad de los peores crímenes sin lograr explicar el por qué del creciente respaldo de los sirios a sus instituciones (apoyo que actualmente se sitúa entre el 60 y el 88%, según los estimados). Y ahora, desde hace una semana, Washington denuncia a una facción de la «oposición siria», acusándola de estar preparando atentados contra Estados Unidos.

Varios senadores estadounidenses se reunieron, a puertas cerradas, con el secretario de Estado John Kerry al margen de la Conferencia de Munich sobre la seguridad. Dos de ellos, los republicanos John McCain y Lindsey Graham, revelaron a la prensa el contenido de la entrevista.
El señor Clapper subrayó principalmente que Siria se ha convertido en un imán para los terroristas de todo el planeta, y sorprendió a todos al declarar que algunos de ellos están preparándose para atacar Estados Unidos.
El domingo 2 de febrero de 2014, unos 15 senadores estadounidenses se reunieron con el secretario de Estado John Kerry al margen de la Conferencia sobre la Seguridad que se realizó en Munich. Dos de los participantes, John McCain y Lindsay Graham, hablaron del encuentro a los periodistas Fred Hiatt, del Washington Post [5]; Jeffrey Goldberg, de Bloomberg [6], y Josh Rogin, del The Daily Beast [7]. Según estos periodistas, el secretario de Estado reconoció ante los senadores que Washington ha fracasado en Siria y habló de entregas de armas letales a algunos «rebeldes».
Estados Unidos localiza los blancos para atacar con drones ubicando los celulares de los sospechosos sin confirmar la identidad del portador, lo que causa la muerte de muchos inocentes, aseguró Glenn Greenwald, el periodista que reveló el sistema de espionaje masivo norteamericano.
El periodista estadounidense lanzó ayer -junto al creador del sitio de subastas eBay, Pierre Omidyar- The Intercept, un medio web destinado a informar sobre la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) a partir de la documentación filtrada por el ex topo Edward Snowden.
En lugar de confirmar la identidad de un objetivo con operadores e informantes en el terreno, la CIA o los militares estadunidenses ordenan un ataque basados en la actividad y localización del celular que creen que usa la persona en cuestión, señala el texto, firmado por Glenn Greenwald, periodista que ha divulgado las filtraciones de Edward Snowden sobre el espionaje global realizado por las autoridades de Washington contra gobiernos, empresas y personas de una multitud de países.
La información fue proporcionada a Greenwald con la condición del anonimato por un ex operador de drones adscrito al Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por sus siglas en inglés), el cual está a cargo de identificar, capturar o asesinar a sospechosos de terrorismo en Yemen, Somalia, Afganistán y otros países. A decir de ese informante, con el procedimiento tecnológico referido el gobierno estadunidense ha matado a terroristas, pero también a personas inocentes que se encontraban en posesión de los teléfonos celulares espiados.

En 1946, Estados Unidos realizó una serie de pruebas nucleares en el atolón de Bikini, lo que se conoce como la Operación Crossroads. Dos bombas nucleares fueron detonadas para comprobar los efectos que las explosiones nucleares tenían en los buques de guerra. La segunda de ellas, denominada Baker, fue el primer arma nuclear que fue detonada bajo el agua.
La Administración estadounidense ha expresado su preocupación de que estas conferencias pongan en peligro el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1986 (TNP), que establece que es ilegal que los Estados que no poseen armas nucleares las fabriquen. Pero el Artículo VI del TNP también exigen a las potencias nucleares que entablen negociaciones para eliminar sus arsenales nucleares.
Entonces, ¿por qué Human Rights Watch (HRW), a pesar de proclamarse a sí misma como "una de las principales organizaciones independientes del mundo" respecto a los derechos humanos, ha mantenido tan sistemáticamente posturas y políticas semejantes a las de los Estados Unidos?
Esta compatibilidad con la agenda del gobierno de EE.UU. no se limita a Latinoamérica. En el verano de 2013, por ejemplo, cuando surgía amenazadoramente la posibilidad de un ataque unilateral con misiles de los EE.UU. a Siria (una evidente violación de la Carta de la O.N.U.), Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, especuló en cuanto a si sería suficiente un bombardeo meramente "simbólico". "Si Obama decide atacar a Siria, ¿se conformará con el simbolismo o hará algo que ayudará a proteger a la población civil?", preguntó por Twitter. John Tirman, director ejecutivo del Centro de estudios internacionales de la universidad Massachusetts Institute of Technology, con presteza denunció el "trino" como "probablemente la declaración más ignorante e irresponsable jamás dada por un importante defensor de los derechos humanos".1
La adaptación de HRW a la política de los EE.UU. se ha extendido también a las extradiciones secretas (la práctica ilícita de secuestrar y transportar a sospechosos de todas partes del mundo para que sean interrogados y a menudo torturados en países aliados). A principios de 2009, cuando se informó que la recién electa administración de Obama iba a dejar intacto este programa, Tom Malinowski, director de cabildeo de HRW en Washington en aquel entonces, sostuvo que "en determinadas circunstancias hay un papel legítimo" de las extradiciones secretas y recomendaba paciencia: "quieren diseñar un sistema que no traiga como consecuencia el envío de personas a calabozos extranjeros para torturarlas", dijo; "sin embargo, el diseño de ese sistema va a tomar un tiempo".2
Los Juegos Olímpicos de Invierno 2014 tendrán lugar a partir del 7 de febrero en Sochi, Rusia. En la preparación de los Juegos Olímpicos no han faltado las críticas en los medios estadounidenses por las violaciones de derechos humanos en Chechenia y Daguestán, la represión en Rusia contra la sociedad civil y, más visiblemente, las recientes leyes rusas criminalizando a gais y lesbianas.
Aunque los medios estadounidenses tienen razón al criticar estas violaciones muy graves de los derechos humanos, no han examinado detenida y continuamente los Juegos Olímpicos cuando han tenido lugar en un país occidental o en el país de un aliado de EE.UU.
Human Rights Watch muestra una vez más que obedece las instrucciones de Washington al documentar las violaciones de los derechos humanos asociados con solo dos Juegos Olímpicos: los de 2008 en Pekín, y los de 2014 en Sochi.
Las feroces críticas de los medios estadounidenses contra eventos oficiales en Estados rivales no son sorprendentes, pero resulta instructiva la metamorfosis de medios importantes en representantes de relaciones públicas cuando aliados de EE.UU. auspician los juegos.
Comentario: Interesante artículo, pero según nuestras investigaciones, este asunto de la falsa democracia es mucho más complicado. No se trata sólo de una plutocracia económica, sino de una despiadada patocracia. Les recomendamos el siguiente ensayo sobre la patocracia: