© La Razón
El costo del barril de crudo, que oscilaba cerca de los cien dólares, llega de golpe al orden de los ochenta en los mercados internacionales. Cuando se intenta descubrir la razón de esta caída las cosas se vuelven muy complejas. En primer lugar parece haber un convenio secreto entre Arabia Saudita y los Estados Unidos para mantener una oferta creciente. El Reino saudí ha incrementado violentamente su producción (hace ya tiempo que no respeta ningún tipo de cuotas) y los Estados Unidos mantienen al máximo su oferta basada en la producción de esquisto, que les interesa hacer valer como forma de seguir siendo un productor importante, habiendo agotado ya los sistemas convencionales. El otro factor que parece estar operando es el Estado Islámico, quien según parece gana alrededor de dos millones de dólares diarios vendiendo clandestinamente el petróleo que obtiene de los campos sirios que controla a un precio entre treinta y treinta y cinco dólares el barril.
Siempre es posible pensar que esta es una oportunidad especial para las grandes corporaciones para asestar un golpe final a la últimamente tan venida a menos OPEP, que durante muchos años ha funcionado como un verdadero mecanismo regulador de los precios del crudo.
Sin embargo, cuando se empieza a profundizar, el análisis nos lleva más allá de toda lógica. Veamos ¿Quiénes se benefician hoy con la caída de los precios del petróleo?
Comentario: Esta estrategia, aunque completamente contraproducente y auto-destructiva para EEUU y su camarilla, parece ser un intento más de desestabilizar a Rusia y afectar su crecimiento económico, principalmente, así como a otros países cuya economía depende del petróleo como Irán y Venezuela. Sin embargo, esta una maniobra de guerra sucia ya se había aplicado en los tiempos de la guerra fría, y Putin, como buen estratega, seguramente ya tenía algún plan de contingencia bajo las mangas.
Sin embargo, es importante resaltar estos patrones de comportamiento destructivo de la hegemonía occidental, que no solo afectan a sus oponentes, sino que a sus propios intereses, ya que deja a la luz cierto tipo de patología mental que no les permite pensar con sentido común y elucidar previsiones reales de las consecuencias de sus actos. Lo que los lleva, inevitablemente, a ser sus propios enemigos, y los acerca cada vez más a su inminente caída.
Recomendamos:
* ¡Es involución, cariño! Yendo a ninguna parte bajo la dirección de los psicópatas
* Patocracia mundial, seguidores autoritarios y la esperanza del mundo
* Psicópatas en el poder: El parásito del súper-organismo humano
* Las caras de una geopolítica brutal
* Geopolítica de un Imperio del Caos desesperado ante su inminente caída