A punto de cumplir 81 años, la portaestandarte de la lucha contra el imperio global de las grandes multinacionales ha partido en una nueva campaña contra el TTIP, el tratado de libre comercio transatlántico que denuncia como "un golpe de fuerza geopolítico" que supone "una auténtica emergencia"© Anna Giralt GrisLa activista e intelectual Susan George, en una foto tomada en 2014
Nadie como ella nos ha alertado del peligro de la globalización económica, ni nadie nos advirtió antes: desde que publicase el primer
Informe Lugano, justo antes de inicarse el siglo XXI,
Susan George (Akron, Ohio, 1934) es la referencia imprescindible para todos los altermundialistas y la portaestandarte de la lucha contra el imperio planetario de las grandes corporaciones y las instituciones financieras internacionales.
Doctora en Ciencias Políticas, licenciada en Filosofía por la Sorbona y en Lengua Francesa por el Smith College, en realidad es y siempre ha sido una activista en favor de la justicia social, una escritora prolífica sobre el subdesarrollo impuesto al Tercer Mundo y una militante incansable contra las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y las superpotencias. Cumplirá 81 años dentro de tres meses, pero sigue presidiendo el Transnational Institute de Amsterdam, es presidenta de honor de ATTAC Francia y está en plena gira mundial para presentar su última obra:
Los usurpadores: cómo las empresas transnacionales toman el poder (Icaria Antrazyt).
Porque ahora está en la gran batalla de su larga vida: impedir que se instaure el Transantlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), al que califica de
"peligrosísimo coup de force geopolítico a nivel global" porque dejaría a los gobiernos, a los pueblos, a merced de los intereses de las grandes compañías multinacionales.La planificación de este intento de obtener una hegemonía comercial planetaria comienza, asegura usted en su libro, hace más de 20 años con la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT), fundada en 1983 por 18 directores ejecutivos de grandes transnacionales europeas...
Comentario: No es de extrañar...