Tras la fachada de promover la "libertad de prensa», la USAID invirtió miles de millones de dólares por más de dos décadas en ONG y medios afines, moldeando narrativas pro estadounidenses en regiones estratégicas.

© EFELa USAid ha sido denunciada por el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de utilizar miles de millones de dólares para financiar coberturas mediáticas favorables.
En su
artículo «Press Freedom Under Threat» (2023), revelado por el sitio
Wikileaks, la Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) despliega un relato heroico en «aparente» lucha contra la censura y su apoyo a medios clasificados como «independientes» como garantes de la democracia. Sin embargo,
detrás de este altruismo, ahora se descubre toda una estrategia sofisticada de injerencia en el ecosistema mediático mundial.Según el informe de la USAID se destinaron $3.200 millones desde 2010 a programas de «fortalecimiento mediático» en 70 países, con énfasis en regiones estratégicas como Europa del Este, América Latina y África. Estos fondos, canalizados a través de ONG como Internews, International Center for Journalists (ICFJ) o Freedom House,
se justifican como defensa contra «regímenes autoritarios».En los
criterios de selección de beneficiarios solo reciben
apoyo organizaciones que alinean su agenda con prioridades de política exterior estadounidense. Un ejemplo ilustrativo, entre miles, ocurrió en Nicaragua cuando
el medio «Confidencial» — financiado por USAID y la NED — fue clave en la cobertura de las protestas de 2018, promoviendo un relato alineado con la narrativa de «cambio de régimen» impulsada por Washington. Mientras, medios críticos con la oposición violenta y apegados a la realidad de los hechos, fueron excluidos posteriormente de programas de capacitación y subsidios.