Los Dueños del Circo
Punta de lanza de la operación que permitió poner fin al gobierno de Gadafi, Francia y el Reino Unido reunieron en París a 13 jefes de Estado y una veintena de ministros, entre ellos la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton y el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, para reunir el apoyo de la comunidad internacional para el Consejo nacional de transición (CNT), el órgano político de los insurgentes libios.
La comitiva de la CNT, cuya formación mantiene escéptica a una parte importante de la sociedad libia, estuvo liderada por sus dos dirigentes más importantes: el ex magistrado y ministro de Justicia Moustafá Abd el-Yalil y el economista Majmud Yibril.
"La ayuda sutil de los países amigos de Libia nos permitirá salir de esta situación dramática. Estamos agradecidos por todos estos esfuerzos, con vuestra ayuda podremos reorganizar nuestro país. Necesitamos estabilidad, paz y reconciliación", declaró en francés el presidente del órgano político insurgente Abd el-Yalil.
Si se toma en consideración que el 95% de las exportaciones de Libia antes de estallar la guerra civil eran petróleo y gas, se entiende perfectamente de qué se trata.
El "modelo libio" y la postura rusa
También se entiende que la "herencia petrolera" de Libia no se repartirá en partes iguales. La mayor parte pertenecerá a los que votaron a favor de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la "protección de la población civil" y la "aplicación de la zona de exclusión aérea". Nadie lo formulará así directamente pero todos recuerdan quien participó en la operación y quien no.
De modo que Moscú, que se abstuvo en la votación de la mentada resolución, no será para las autoridades rebeldes un socio tan evidente como la OTAN. Mientras tanto, Rusia tiene mucho que perder si la "engañan" en Libia igual que le "engañaron" en Iraq. La fórmula utilizada es asombrosamente parecida.
Las cuentas son sencillas. En abril de 2008 Rusia condonó la deuda libia de 4,5 mil millones de dólares, pero a cambio obtuvo contratos millonarios. El más importante de ellos corresponde a un contrato por un monto de 2,2 mil millones de dólares para la construcción de una vía férrea de 550 kilómetros de largo que unirá Sirte con el puerto de Bengasi.
Anteriormente, las empresas rusas Tatneft y Gazprom entraron en el mercado libio ganando concursos para explorar yacimientos en las cuencas de Ghadamés y Sirte. Además, Gazprom tenía acordado la constitución en Libia de una empresa conjunta de "ciclo completo": desde la exploración geológica hasta la extracción, transporte y refinación del crudo. Las perspectivas eran grandiosas.
La portavoz de la CIA, Jennifer Youngblood, afirma que estas acusaciones de censura son "ridículas". Según sus palabras, todos los libros de este tipo pasan un control, pero su único objetivo es no dejar que publiquen información clasificada.
Ali Soufan es un estadounidense de origen libanés que trabajó para el FBI hasta el año 2005. En su libro acusa a la CIA de no haber compartido con su servicio información que podría haber ayudado a prevenir los atentados de 2001. Asimismo acusa a los agentes de haber torturado a los sospechosos cuando no era necesario y resultaba poco eficaz. Esta información no es nueva ni clasificada, ya que fue revelada en unas sesiones del Congreso de EE. UU.
Según Rhodes, la nueva estrategia de Estados Unidos es más eficaz y menos costosa. Si la actitud estadounidense durante la administración de George Bush la considera "ocupación", la de Obama es una "liberación nacional".
El consejero menciona dos principios nuevos: el cambio del régimen se realiza directamente por un movimiento nacional y EE. UU. comparte la responsabilidad internacional con sus aliados.
"La estrategia de la intervención militar en Libia podría aplicarse también en otros casos", señaló Rhodes.
Los sondeos muestran que los estadounidenses ya perciben a China como la primera economía mundial pero siguen creyendo que la supremacía en la esfera militar pertenece a EE. UU. Sin embargo, los expertos de la revista 'Foreign Affairs' no están tan seguros de la solidez de la posiciones militares estadounidenses. Se aducen tres razones por las que en el futuro China tomará el liderazgo en todos los ámbitos.
1. Pese a que el gigante asiático acelera, existe la opinión de que la amenaza china obligará a EE. UU. a concentrarse y recobrar el liderazgo, como ocurrió después de la crisis del Sputnik, cuando la URSS lanzó al espacio con éxito el primer satélite artificial y comenzó la carrera espacial.
El Sputnik causó miedo y provocó debate político en Estados Unidos. Pero China está llegando gradualmente al predominio y psicológicamente esto no actúa tanto como un lanzamiento de un satélite para forzar a EE. UU. febrilmente a tomar medidas.
Tras la irrupción de los grupos de mercenarios en el complejo fortificado de Kadafi en Trípoli, combatientes leales a Kadafi y francotiradores estaban inmersos en batallas de última hora en algunos puntos de la ciudad. Los "rebeldes" también informaron de combates en el desierto y choques en la ciudad natal de Kadafi.
En un contexto de incertidumbre y anarquía, los rebeldes dicen haber consolidado su control sobre una gran parte de Libia, apoyados por una implacable campaña de masacre aérea de la OTAN, que incluyó unos 19.000 ataques contra las fuerzas del régimen gobernante.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton,advirtió de que las próximas semanas de la batalla por el control de Libia serán "críticas", por lo que ha instado a los rebeldes a "mantenerse firmes" ante la "violencia extrema", según recoge un comunicado del Departamento de Estado.

Imagen de Al Jazeera en la que curiosamente no aparece la ventana y el estuco, constrastada con fotografias reales.
Mientras el propio gobierno Sudafricano solicita al TPI que investigue a la OTAN por su "actuación" en Libia y declara que existen claros vínculos y coordinación entre los rebeldes y la Organización Terrorista del Atlántico Norte.Mientras pasaba todo esto, el domingo 21 Al Jazeera transmitía en directo desde la Plaza Verde en Trípoli la algarabía de la toma de la capital libia por parte de los rebeldes y el posterior festejo en mencionada Plaza.
Imágenes que recorrieron el mundo y provocaron entre otras cosas, reconocimientos en masa y cambios de bandera en más de 13 embajadas en el mundo. Sin duda, el régimen de Gadafi estaba acabado.
Una nave espacial rusa lanzada desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS), fracasó en su intento de colocarse en la órbita y se estrelló en Siberia, según la Agencia Espacial Rusa. El artefacto Progress M12-M llevaba un cargamento de más de tres toneladas para la tripulación de la estación espacial.
24 agosto 2011 - La vocera de la alianza del Atlántico, Oana Lungescu, anunció que "El consejo proporcionó a las autoridades militares de la OTAN un conjunto de lineamientos políticos para un posible rol de apoyo de la OTAN en Libia (...) de respaldo a esfuerzos internacionales más amplios", y además agregó que la semana próxima se presentarían los planes de contingencia al Consejo del Atlántico Norte.
La OTAN realizó cerca de 20 mil incursiones aéreas en Libia desde que comenzó su campaña contra Khadafi, hace cinco meses, incluyendo 7.500 bombardeos contra fuerzas del Gobierno. La operación, sin embargo, expuso fisuras entre sus miembros, y sólo ocho de sus 28 integrantes tomaron parte de las acciones militares.
La realidad es que el pueblo libio soporta desde mediados de marzo los bombardeos salvajes de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), contra un país de casi seis millones de habitantes, considerando que una buena parte de ese territorio es desierto.
Muerte y destrucción han producido los bombardeos en todo el país, para abrir camino a los mercenarios que fueron desde el principio el motor de la supuesta "rebelión" del pueblo contra Muamar Gadafi.
No existe ninguna imagen de aquella rebelión "popular", ni de la "excusa" -los supuestos "bombardeos de Gadafi contra la población civil"- con que ampararon una intervención brutal en pleno siglo XXI.