Con el advenimiento de los computadores personales, se gestó una de las revoluciones más importantes en la historia de la humanidad, la cual llegó a beneficiar todos los aspectos de nuestras vidas. Esta revolución prosiguió con la llegada e implementación del internet, y su alcance tenía el mismo potencial, sin embargo, hoy la red internacional de computadores se ha convertido en una de las herramientas de control más efectivas.
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Continuando este proceso de evolución y diseño, hoy nos encontramos ante un nuevo auge computacional. La inteligencia artificial empieza a tomar cada vez más prominencia no sólo en la conciencia colectiva, sino también empieza a ganar terreno en el trabajo de escritores, compositores y artistas digitales.
Las implicaciones de cederle nuestro esfuerzo creativo a un complejo conjunto de algoritmos son demasiadas. El intento de recrear "vida" basado en la premisa que la mente, la inteligencia y el pensar son solamente el resultado de un conjunto de materiales, es miope. Un dominio de las máquinas, tras este esfuerzo, podría dejar a la humanidad sin una razón para existir.
A pesar del estado infante y primitivo de los productos actuales, su avance parece inevitable, y parece cuestión de tiempo hasta que las computadoras cuánticas y las inteligencias artificiales se conviertan en parte de nuestra día a día.
