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"Estamos preparados no solo para detener [a los milicias en el este de Ucrania], sino a seguir avanzando y entrar a la Federación de Rusia. Entraremos con grupos de inteligencia y con grupos de sabotaje [...] para lanzar ataques con bombas en el territorio de Rusia", aseveró el militar ucraniano.
"Ojo por mil vidas, y diente por dos mil (por reincidente)".
"En vez de alentar a sus 'socios especiales' en Kiev a cumplir fielmente los acuerdos de Minsk e iniciar un pleno diálogo político con los representantes del sureste del país, la OTAN prefiere callar las violaciones de sus obligaciones por las autoridades ucranianas y no tiene escrúpulos en inventar nuevos argumentos sobre presuntos continuados esfuerzos de Rusia para desestabilizar la situación en Ucrania", afirmó Grushkó, citado por la agencia Itar-Tass.Hablando sobre las futuras elecciones en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, planes que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó de "contradicción a los acuerdos de Minsk", el diplomático ruso señaló la "misma lógica invertida" y el hábito de "cargar la culpa en cabeza ajena".
"La campaña electoral está plagada de calumnias. Los equipos de ataque de todos los partidos se centran en tergiversar, difamar, ridiculizar a los candidatos del partido contrario. Los anuncios agresivos han reemplazado a los debates. Los equipos de ataque cuentan mentiras diseñadas para que los electores se enfaden con el candidato del otro equipo", escribe Paul Craig Roberts.Al mismo tiempo, el candidato que resulta elegido no está en deuda con los votantes, sino con los intereses especiales que han financiado su campaña. "Una vez elegido, el funcionario sirve a los grupos de intereses privados que lo han puesto en el cargo. En EE.UU. el Gobierno puede ser comprado y vendido como todo lo demás", asevera Craig Roberts.
Comentario: El poder de Estados Unidos depende de la guerra perpetua y la desestabilización de todos los países para lograr mantenerlos sumisos. Es un sin fin de destrucción que no los salva de convertirse, ellos mismos, en su propia némesis.
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