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En plena crisis civilizatoria, es decir, inmersos en una crisis económica, pero también política, ecológica y de valores, se precisan alternativas radicales, propuestas que aborden los desafíos desde la raíz.
Desde el ser humano en sus comportamientos cotidianos, hasta el modelo económico y social -el capitalismo neoliberal-, que hace aguas y sólo es cuestión de tiempo saber hacia dónde evoluciona. Una posible salida es el autoritarismo oligárquico y las derivas ecofascistas; En la otra, "democrática" (en el sentido primigenio de la palabra) encajan el "Buen Vivir" y la economía feminista.
El "Buen Vivir" ("Sumak Kawsay" en lenguaje Quechua y "Suma Qamaña" en la lengua de los aymaras) recoge la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas de América Latina, en muchos casos anterior a la colonización española. En la actualidad, parte esta filosofía de que nos hallamos ante
una crisis de la especie, del ser humano en un sentido integral, por lo que resulta indispensable un cambio civilizatorio.Uno de los grandes principios del "Buen Vivir" consiste en romper con la idea de "modernidad" tan cara a Occidente, y con algunas de sus grandes derivadas, como la noción de "desarrollo" (entendido como tal, y en cualquiera de sus especificidades). Se trata, por el contrario, de "
volver al contacto con la naturaleza y a la experiencia afectiva, compartida, con otros seres humanos", ha explicado Carlota Garrido, de Joves de CGT, en las XV jornadas organizadas por el sindicato.
Comentario: esta medida roza lo bizarro... parece que el Gobierno de Kirchner está muy interesado en polarizar la sociedad y fomentar las divisiones sociales.