
© REUTERS/Bassam KhabiehUna de las víctimas de lo que según los rebeldes sirios y combatientes islamistas sirios fue un ataque químico, cerca de Damasco, 23 de agosto de 2013.
Siria aceptó este domingo que la misión de la ONU inspeccione la zona de las afueras de Damasco donde se produjo el pasado miércoles un ataque con armas químicas. El cambio de opinión de Damasco llega después de dos días de intensas presiones internacionales con EEUU a la cabeza, que el sábado comenzó a barajar incluso la acción militar.
La autoría del ataque sigue sin aclararse aunque para las potencias occidentales caben pocas dudas. Francia, EEUU y Reino Unido apuntan a Bashar Al Asad, que a su vez culpa a "grupos terroristas" de la acción. De hecho, ni siquiera el vía libre a la inspección ha convencido a Washington. Un oficial citado por la agencia
Reuters aseguró que el anuncio del régimen llega "demasiado tarde".
"Teniendo en cuenta e número de víctimas, los síntomas de los que murieron o resultaron heridos, los testimonios y otros datos recogidos por diversas fuentes, la inteligencia de EEUU y sus socios internacionales tienen pocas dudas de que el régimen sirio usó armas químicas contra los civiles", afirmó la misma fuente que concluyó que "llegados a este punto, cualquier paso del régimen para permitir una inspección de los expertos de la ONU llega demasiado tarde como para considerarla creíble. También porque las pruebas han podido verse afectadas por los intensos bombardeos del régimen en la zona durante los últimos cinco días".