Traducido del inglés para Rebelión por Germán LeyensLas complejidades de la Primavera Árabe y la lucha por la libertad política en todo el mundo árabe no deberían ocultar lo que ahora se ha convertido en una noción absolutamente esencial para todos los antiimperialistas:
la Hermandad Musulmana es una de las armas más poderosas de la clase gobernante occidental en el mundo musulmán. Aunque puede ser una píldora difícil de tragar para algunos por motivos emocionales o psicológicos, no hace falta mirar más allá del papel insidioso que la organización juega en Siria y los abusos de poder y de los derechos humanos del gobierno de Egipto. En la guerra patrocinada por EE.UU./OTAN contra el gobierno de Asad, los Hermanos Musulmanes han emergido como la principal fuerza aprobada por Occidente, la vanguardia del ataque imperialista. Mientras tanto, en Egipto el presidente Mursi y el gobierno de los Hermanos tratan de destruir lo que fue, hace poco más de un año, la promesa de la revolución.
Los Hermanos Musulmanes en SiriaEl establecimiento esta semana del Comando Militar Supremo, a cargo de toda la ayuda militar y la coordinación con los rebeldes, demuestra inequívocamente el papel de liderazgo de los Hermanos Musulmanes en la campaña por un cambio de régimen en Siria. Como informa
Reuters: "El comando unificado incluye a muchas personas vinculadas a los Hermanos Musulmanes y los salafistas... excluye a los oficiales más importantes que han desertado de las fuerzas armadas de Asad" (i). Esta estructura de comando, formada a petición y con el patrocinio de EE.UU., el Reino Unido, Francia, Arabia Saudí, Catar y Turquía, entre otros, no incluye simplemente miembros de la Hermandad Musulmana, está, de hecho,
dominado por ella. ¿Es posible que las potencias imperiales occidentales no se hayan dado cuenta simplemente de que el grupo que estaban formando incluía a esos elementos? Sugerir algo semejante, sería acusar de estúpidos a algunos de los principales "estadistas" del mundo (Hillary Clinton, William Hague, Laurent Fabius, Ahmet Davutoglu, etc.). Por desgracia no lo son.
Esos individuos han colaborado para crear una fuerza testaferra de los Hermanos Musulmanes en Siria que puedan controlar y en la que puedan confiar para que cumpla las órdenes de Occidente.Sin embargo, no basta con decir que los Hermanos Musulmanes dirigen esta nueva estructura militar, porque sería suponer que no han estado jugando un papel crítico todo el tiempo. Más bien la organización ha sido central en la desestabilización de Siria desde el comienzo del conflicto armado. El propio Consejo Nacional Sirio, originalmente la cara de la "oposición" respaldada por Occidente, estaba dominando entre bastidores por los Hermanos Musulmanes. Como señaló el exlíder de los Hermanos Musulmanes Ali Sadreddine, respecto al CNS:
"Elegimos esa cara, aceptada por Occidente... Nombramos a [el exjefe del CNS Burhan] Ghalioun como fachada para la acción nacional. Ahora actuamos como los Hermanos pero como parte de un frente que incluye todas las corrientes" [ii]. Por lo tanto vemos que, esencialmente, la organización ha mantenido, desde el principio, un considerable grado de control de la oposición basada en el extranjero, claramente diferente de la oposición autóctona de los Consejos Nacionales de Coordinación y otros grupos.
Los Hermanos Musulmanes, una maquinaria política y paramilitar internacional, ha llegado a dirigir la batalla contra Asad.De hecho, los Hermanos Musulmanes han suministrado muchas formas de liderazgo y ayuda a la oposición basada en el extranjero, respaldada por el extranjero, más allá de una simple dirigencia directa. Desde el suministro de cobertura diplomática y política al apoyo táctico en el terreno mediante el contrabando de armas, el reclutamiento de combatientes y otras responsabilidades necesarias, la organización ha llegado a permear cada aspecto de lo que Occidente llama convenientemente "rebeldes".