Los propios cimientos del "orden mundial basado en normas" parecen estar derrumbándose.
© Alex Krainer's TrendCompass
Como occidentales sabemos que nuestra fuerza reside en nuestra unidad cimentada en valores compartidos. Pero estos días parece que toda esa fuerza está resultando cada vez más débil. Las rencillas y peleas entre las potencias europeas se han convertido en una diversión diaria, pero la semana pasada vimos cómo aparecían grietas en los cimientos de la arquitectura del imperio.
El sábado 19 de noviembre,
la secreta Comisión Trilateral celebró una reunión en Tokio. Por primera vez en los 50 años de la organización, se permitió a la prensa -tres reporteros de Nikkei Asia- presenciar los procedimientos del Grupo Asia-Pacífico de la Comisión con la condición de no identificar a los delegados por su nombre al informar sobre sus declaraciones. Aun así, lo que relataron fue notable, ya que muestra que están apareciendo grietas en los propios cimientos del imperio, también conocido como "orden global basado en reglas".
Rahm Emanuel, el embajador de EE.UU. en Japón, pronunció un discurso titulado "Democracia frente a autocracia: vas a ver el año 2022 como un punto de inflexión en el éxito de la democracia". Fue una ración de todos los argumentos globalistas habituales, pero parece que los delegados asiáticos no quedaron demasiado impresionados. Un antiguo funcionario japonés desafió a Emanuel: "¿Qué dice el embajador? Debemos comprometer a China. Si obligamos a los países a elegir un bando, las naciones del sudeste asiático elegirán a China. La clave es no obligarles a elegir".
Comentario: Al Tío Sam se le cae la careta...