Monsanto es la multinacional de semillas y agroquímicos más poderosa del mundo. Cuenta con apoyo político y rentabilidad millonaria, y su modelo implica corrimiento de la frontera agropecuaria, desalojos rurales, desmontes y masivo uso de agroquímicos. Su desembarco en Córdoba de la mano de la Presidenta y del Gobernador, maíz para agrocombustibles, la nueva ley de semillas y la profundización del modelo.Juana es abuela, cabello rubio y canas, una bolsa de hacer mandamos en la mano y la decisión de enfrentar a la empresa de semillas y agroquímicos más poderosa del mundo: "No queremos a Monsanto", avisa con naturalidad y arroja la primera pregunta retórica: "¿Los políticos defienden más a las empresas que a los vecinos?".
Es miércoles a la noche en Malvinas Argentinas, a veinte minutos del centro de Córdoba. Club vecinal de fiestas, un prolijo y humilde salón, escenario de una asamblea de vecinos que se opone a la instalación de Monsanto en el barrio. Doña Juana parece una de las voces cantantes en la asamblea. Escucha atenta, primera fila y refuerza su idea: "Si el Gobernador y la Presidenta quieren a Monsanto, que la fábrica se instale al lado de sus casas". Los vecinos la aplauden.
Monsanto tiene 111 años de historia, su sede central en Estados Unidos, una facturación anual de 7297 millones de dólares, domina el 27 por ciento del mercado se semillas a nivel mundial y acaba dar un paso más en su política expansiva: el gobierno nacional aprobó su nueva semilla de soja transgénica, impulsa el cobro de regalías por el uso del producto, impulsa una nueva ley de semillas (muy cuestionada por los campesinos) y comienza la instalación de su planta más grande de Latinoamérica en Córdoba, para avanzar con el maíz transgénico y redoblar la producción de agrocombustibles.
Apoyo político, corrimiento de la frontera agropecuaria, desalojos campesinos, desmontes y masivo uso de agroquímicos. La profundización del modelo en su manera más explícita.
Más de un sigloLa historia oficial señala que Monsanto Chemical Works fue fundada en 1901 por John Francis Queeny, "empleado durante treinta años en la industria farmacéutica", que tomó el nombre de su esposa (Olga Méndez Monsanto) y creó una pequeña empresa, pero de rápido crecimiento. Con sede central en Saint Louis (estado de Missouri),
su primer producto fue la sacarina. En la década del 20 ya había convertido a la compañía en una de las principales fabricantes de productos básicos de la industria química, entre ellos el ácido sulfúrico.
En 1928, el hijo de Queeny, Edgar, tomó la presidencia de Monsanto, que alcanzó su era de expansión en la década del 30 con la adquisición de tres empresas químicas. "Desde la década del 40 hasta nuestros días, es una de las cuatro únicas compañías que han estado siempre entre las diez primeras empresas químicas de Estados Unidos", señala Brian Tokar en su investigación "Monsanto: Una historia en entredicho".
Tokar aporta un dato, luego retomado por Marie Monique Robin en su libro "El mundo según Monsanto", que la empresa oculta de su historia oficial. "El herbicida conocido como Agente Naranja, que fue usado por Estados Unidos para defoliar los ecosistemas de selva tropical de Vietnam durante los años 60, era una mezcla de químicos que provenía de varias fuentes, pero
el agente naranja de Monsanto tenía concentraciones de dioxina muchas veces superiores al producido por Dow Chemical, el otro gran productor del defoliante", detalla Tokar, director de investigación en biotecnología del Instituto de Ecología Social de Vermont (Estados Unidos).
Según la investigación,
ese hecho convirtió a Monsanto en el principal acusado en la demanda interpuesta por veteranos de la guerra de Vietnam, que experimentaron un conjunto de síntomas atribuibles a la exposición al Agente Naranja. "Cuando en 1984 se alcanzó un acuerdo de indemnización por valor de 180 millones de dólares entre siete compañías químicas y los abogados de los veteranos de guerra, el juez ordenó a Monsanto pagar el 45,5 por ciento del total", explica y recuerda otro producto producido por Monsanto:
PCB (elemento cancerígeno utilizado en transformadores eléctricos).