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Obama vs Netanyahu, una lucha por imponer la forma de llevar adelante el imperio
¿Netanyahu enfrentado con Obama? ¿Israel enfrentado con EEUU? Parece sacado de una película de ciencia ficción de Hollywood. Pero todo es una farsa, mejor dicho, es una interna política del propio lobby sionista que controla la Casa Blanca y toda la estructura económico financiera y militar de la primera potencia imperial del planeta. En definitiva, no se trata de una cuestión de fondo, sino de una cuestión de forma para conseguir los mismos objetivos por diferentes vías.
Nos estamos enfrentando a una pesadilla: Desde hace un año el gobierno israelí (en manos del sector "derechista") disiente públicamente con la estrategia política y militar de EEUU en Medio Oriente y en los territorios ocupados.
En forma inédita, la prensa internacional habla de una "crisis" encubierta que vienen arrastrando la primera potencia imperial y el primer Estado sionista del planeta desde marzo del año pasado.
La cuestión de la guerra política interna, proyectada desde EEUU a Israel,
son las dos posiciones divergentes frente a Irán y Medio Oriente (la cuestión estratégica central), que divide al ala "derecha" del lobby (los halcones sionistas de EEUU e Israel) del ala "liberal" del lobby (Obama y los sionistas "progresistas" de Washington y Tel Aviv).
Barack Obama, se pronunció la semana pasada a favor de un Estado palestino basado en las fronteras de 1967, con el riesgo de provocar un choque con Israel en vísperas de un reencuentro con su primer ministro, Benjamin Netanyahu.
"Las fronteras de Israel y Palestina deber estar basadas en las fronteras de 1967 con intercambios de mutuo acuerdo, de manera que se establezcan fronteras seguras y reconocidas por los dos Estados", dijo Obama en un discurso sobre Medio Oriente en el Departamento de Estado.
"La retirada total y gradual de las fuerzas militares israelíes deben ser coordinadas bajo la idea de una responsabilidad de la seguridad palestina en un Estado soberano y no militarizado", añadió.
Mientras Obama ofrecía su discurso, una ONG reveló en Jerusalén que Israel había aprobado la construcción de 1.520 nuevas viviendas en dos asentamientos judíos en la parte oriental de la ciudad santa, ocupada y anexada.