La Fiscalía sigue obstaculizando la investigación del caso Pfizergate. La vista que tuvo lugar el viernes de la semana pasada en el tribunal de Lieja lo volvió a demostrar. Los fiscales han cambiado de bando y se han convertido en los mejores defensores.
Para negociar el contrato de compra de vacunas contra el "covid", por un precio superior a 35.000 millones de euros, Ursula von der Leyen y el director general de Pfizer, Albert Bourla, intercambiaron una serie de mensajes de texto.
En abril del año pasado Frédéric Baldan acudió al tribunal de Lieja para presentar una querella criminal por "usurpación de funciones y títulos", "destrucción de documentos públicos", "apropiación ilegal de intereses y corrupción". Pero,
desde finales de junio del año pasado, contra todo pronóstico, la Fiscalía europea (EPPO) intenta hacerse cargo del caso, aunque a priori no tiene competencia, con el objetivo evidente de enterrar el sumario.