Fritz Gerlich fue un periodista alemán durante el ascenso de Hitler al poder. Era muy conocido por su crítica mordaz del
der Führer. Uno de sus momentos más polémicos fue el haber convertido la imagen de Hitler en una composición donde sus rasgos faciales eran exagerados y él estaba del brazo de una mujer negra.
En el artículo, Fritz sugirió que los lectores aplicasen esta propia ciencia de Hitler de la fisonomía al propio Hitler, y cuando es aplicada, está claro que Hitler no es ni siquiera ario, sino de un subtipo de Mongolia. Este insulto fue el último clavo en el ataúd de Fritz, que había utilizado sistemáticamente el poder de la pluma para combatir a Hitler a cada paso del camino. Fue detenido y arrastrado a Dachau mientras trabajaba en otra exposición sobre Hitler, y finalmente asesinado al cabo de más o menos un año.
Gerlich sirve como ejemplo de los muchos periodistas que fueron amenazados, golpeados y asesinados por revelar la verdad. Sólo en la oscuridad se pueden ocultar las cosas malas.
Traigo este pedazo de la historia a su atención, querido lector, porque quiero hablar sobre otros periodistas de hoy en día que fueron asesinados en circunstancias dudosas. Parece que todavía tenemos que aprender las lecciones que dijimos que nunca olvidaríamos.
Comentario: Sin duda, el momento para el cambio es AHORA, defender los intereses nacionales frente al despiadado orden financiero internacional. Pero no caigamos en la trampa de aquellos que aprovechan esta necesidad de defender a las naciones frente al poder económico internacional para defender políticas racistas y xenófobas, aprovechando el descontento de la población.