Traducido por el equipo de SOTT.netEl 16 de agosto de 1951, la tranquila localidad de Pont-Saint-Esprit, al sur de Francia, sufrió un extraño brote. De repente, los habitantes experimentaron síntomas graves: náuseas, insomnio y alucinaciones.

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La gente decía haber tenido visiones terroríficas: serpientes que salían de sus estómagos, fuego que envolvía sus cuerpos o sangre que goteaba de las paredes de sus casas. Algunos casos fueron extremos: un niño de 11 años intentó estrangular a su abuela, un hombre saltó desde una ventana diciendo que era un avión y otros fueron atados con camisas de fuerza o encadenados a sus camas.
Al final, al menos 5 personas murieron (algunas fuentes dicen que 7), docenas fueron internadas y más de 300 resultaron afectadas.
Recuerdo que cuando era un niño de 13 años leí sobre esto en alguna revista (recuerdo que era
LIFE, pero nunca pude encontrarla desde entonces). Por alguna razón, me aterrorizó y vivió conmigo en mi memoria durante más de 50 años. Hace poco, uno de mis lectores me dio a conocer la historia, y otros investigadores han escrito mucho sobre ella recientemente.
Según recuerdo la historia, el brote estaba relacionado con el pan de una panadería regentada por un panadero local. Los médicos e investigadores llegaron a la conclusión de que la harina de centeno utilizada en el pan estaba contaminada con cornezuelo de centeno
(claviceps purpurea), un hongo conocido históricamente por causar ergotismo, o "fuego de San Antonio". El cornezuelo contiene alcaloides similares al LSD, lo que podría explicar las alucinaciones. Esta explicación se publicó en el
British Medical Journal poco después del suceso y se convirtió en la teoría predominante durante décadas.
Sin embargo, en 2009, Hank P. Albarelli Jr. reavivó el interés por el caso con su libro
Un terrible error: El asesinato de Frank Olson y los experimentos secretos de la CIA en la Guerra Fría, en el que afirma que el incidente no fue un suceso natural, sino un experimento deliberado de la CIA. Mientras investigaba la muerte de Frank Olson (un bioquímico de la CIA que murió en 1953 en circunstancias sospechosas tras trabajar en proyectos relacionados con el LSD),
Albarelli descubrió documentos que sugerían que la agencia había añadido LSD a la comida del pueblo como parte de su programa de control mental de la Guerra Fría, MKULTRA (o su precursor, el Proyecto SPAN).
Una prueba clave era un memorando de la CIA titulado
"Re: Pont-Saint-Esprit y F. Olson Files. Archivo de la operación SO Span/Francia, Olson incluido. Archivos de inteligencia. Entregar a Belín, decir que se encargue de enterrarlos", lo que implicaba un encubrimiento. Otro documento supuestamente transcribía una conversación entre un agente de la CIA y un oficial de Sandoz Pharmaceutical (Sandoz es la empresa suiza que sintetizó por primera vez el LSD), en la que el oficial insinuaba que el brote estaba causado por la dietilamida (la "D" de LSD), no por el cornezuelo.
Albarelli argumentó que la CIA, en colaboración con la División de Operaciones Especiales del Ejército estadounidense en Fort Detrick, podría haber rociado LSD en el aire o contaminado los alimentos locales para probar su potencial como arma de control del comportamiento. Esta teoría concuerda con las actividades conocidas de la CIA durante la década de 1950, cuando la agencia llevó a cabo numerosos experimentos con LSD en sujetos involuntarios, incluidos militares y civiles estadounidenses.
No te lo imaginabas, ¿eh?