El Niño de la Sociedad
Se cree que esta es al primera vez que miembros en servicio de Estados Unidos fueron asesinados en un incidente de "fuego amigo" en el que estuvieran involucrados aviones Predator.

Aspecto de la central de Fukushima Daiichi el día 20 de marzo, cuando todavía se catalogaba el accidente como de nivel 5
"Fukushima no es Chernóbil" es una de las frases más enunciadas en los últimos 30 días, por parte de la industria atómica, expertos y autoridades, como el propio primer ministro japonés, Naoto Kan. Uno de los primeros en negar esas similitudes fue el presidente del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el nipón Yukiya Amano, en su primera comparecencia tras desatarse la crisis japonesa (el 14 de marzo): "Es muy poco probable que se convierta en algo como Chernóbil".
Ayer, tras declararse el nivel 7, el portavoz de turno del organismo internacional quiso alejar más aún Japón de Ucrania. "Los accidentes son totalmente distintos; las mecánicas son completamente diferentes", dijo el subdirector de Seguridad Nuclear, Denis Flory.
Las relaciones entre Pakistán y Estados Unidos llegaron a un punto bajo después de que un contratista de la CIA, Raymond Davis, matara a dos hombres en la ciudad paquistaní de Lahore a principios de este año. El diario New York Times informa que las autoridades de Pakistán quieren que más de 300 funcionarios y contratistas de la CIA abandonen el país.
Comentó que a pesar de haber sido insistidos, los intendentes no reaccionaron previamente. "No sé si les tengo que poner una pistola. El propio presidente Fernando Lugo los llamó el 8 de enero y les dijo que hagan su plan ambiental", destacó. Afirmó que debido a esa desidia, el gobierno no puede llevar adelante planes preventivos y se limita a realizar acciones de contingencia.
Martínez lamentó que "indudablemente ésta sea la peor epidemia de todas". Aseguró que la situación empeoró por la circulación de un nuevo tipo de virus de la enfermedad: el serotipo 2. A ello se sumó que gran número de personas quedaron sensibles por haberla padecido anteriormente.
Humo negro salía de la estación de metro Oktiabrskaia y la gente huía de ese lugar, según la misma fuente.
El jefe del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdel Jalil, calificó de obsoleta la iniciativa para la pacificación de Libia, y rechazó todo diálogo con Gadafi.
La situación se torna cada vez más compleja y ruinosa tras el rechazo del cese de hostilidades que posibilitaría la distribución de ayuda humanitaria y la apertura de un diálogo entre las partes, aunque presumiblemente no incluiría la salida del coronel Gadafi del poder. Cualquier iniciativa que no incluya las demandas clave de la población, de que Gadafi y sus hijos se vayan, no puede ser tomada en serio, subrayó Jalil en declaraciones a periodistas en Benghazi, tras reunirse con la delegación de la Unión Africana.
Con este deceso aumentó a 170 el número de personas muertas en más de tres semanas de protestas. Francia, Alemania y Gran Bretaña demandaron el cese inmediato del derramamiento de sangre.
Al menos 30 personas murieron el fin de semana en violentas manifestaciones en Deraa (sur) y Banias (norte), pese a las promesas de reformas del presidente Bashar al Asad.
En Banias, por lo menos cuatro personas murieron el domingo por disparos de las fuerzas de seguridad, según testigos, y ayer la ciudad estaba cercada por el ejército.
A mediodía el alcalde, acompañado por unas decenas de funcionarios, llegó a uno de los edificios del Senado para manifestarse contra el presupuesto iniciativa de los republicanos de la Cámara con el presidente Barack Obama que comprende el recorte de la financiación presupuestaria de los programas sociales de la ciudad. Grey y sus aliados cortaron el tráfico en la carretera y, agarrados de las manos, empezaron a proclamar las consignas de protesta. "¡Fuera las manos de la ciudad!", "¡No podemos aguantar más!", gritaban los funcionarios. Los manifestantes reunidos enfrente del Senado, incluyendo a ciudadanos y turistas que se detenían por curiosidad, alcanzaban a entre 200 y 300 personas.
La policía que acudió al lugar de los acontecimientos detuvo al alcalde y a otras 30 personas. Todos fueron llevados a un puesto policial.
Según el historiador Patrick Wagner, miembro en un grupo de investigadores de la universidad Halle-Wittenberg, el exjefe de la alta institución policial, Paul Dickopf, recibió incluso pagos de la CIA entre 1965 y 1971.
Los investigadores lograron probar la colaboración con documentos desclasificados en el año 2007 por el Archivo Federal de los Estados Unidos en Washington.
Según informaciones de la revista alemana Der Spiegel, los expertos estudian la historia de la autoridad policial por encargo de la propia Oficina Federal de Investigación Criminal.