Los padres de una niña de12 años que fue violada por su primo en la provincia de Baghlan, en el norte de Afganistán, se tomaron la justicia por su mano y
cortaron la nariz y las orejas al agresor después de invitarlo a cenar en casa el pasado lunes. Los progenitores reconocieron la mutilación tras ser detenidos por la Policía, pero justificaron que era la única manera de hacer justicia.

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El
Código Penal afgano no considera la violación un delito y a menudo la víctima es castigada porque se la
acusa de haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, algo que sí que está penado con condenas de entre cinco y quince años de cárcel. Da lo mismo que las relaciones hayan sido en
contra de su voluntad, porque además suele ser difícil demostrarlo antes la justicia o
la palabra del hombre siempre tiene más peso que la de la mujer en Afganistán ante un tribunal.
Tramaron la venganza"Me suministró una sustancia y me quedé adormilada", explicaba la niña sollozando y mirando hacia al suelo con las manos en la frente para ocultar su rostro ante las cámaras de las cadenas de televisión locales, que se hicieron eco de la noticia y difundieron imágenes de la pequeña y también de los padres -aunque difuminadas-, argumentando lo ocurrido. Un médico examinó a la joven y corroboró los abusos.