En la Internet, todo se resuelve con un clic. Con un clic navegas, con un clic votas, con un clic consumes, con un clic encuentras amigos, con un clic haces el amor, con un clic te separas, y con un clic te reciclas en un robot comunicado por no más de 140 caracteres. El sistema quiere que tu cabeza sea la prolongación de tu celular: Que te conviertas en un glamoroso "mensajito de texto" viviente.
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La realidad de la mente humana, programada y formada por el sistema capitalista, está diseñada como un gran mercado para consumir.
Un día el individuo-consumista-masa (femenino-masculino) se despertó y dijo: Miro la televisión y luego existo. Y otro día, se despertó y dijo: Utilizo la Internet y solo existo por el ciberespacio. Algo así como: Primero me gradúo de robot consumista por la TV pasiva, y luego curso el postgrado virtual por la Internet interactiva y sin fronteras.
Sin saberlo, un día, los humanos parlantes ingresamos a la era del
"homo videns" televisivo, finalmente proyectado (y realizado) a través de las ondas del ciberespacio desplegadas como una gran telaraña de cerebros virtualizados.
Los señores del dinero y del mercado, para extender una sucursal informática de sus negocios, ahora apuestan por el "pensamiento virtual". "Miro TV, y luego existo", continua siendo el axioma del robot humano programado masivamente por la TV. "Chateo, navego y me hago universal", es el eslogan impuesto en la cabeza del individuo virtual que usa la compu como novedoso y ultísimo medio de realización y de convivencia social.
Matemáticamente considerada, Internet es solo una sucursal informatizada (mejorada y sintetizada) del mercado televisivo.