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La guerra Libia/Otan está llegando a su fin o eso dicen, mientras desembarcan en secreto tropas terrestres de la Alianza en suelo libio, algo no contemplado en el mandato de la ONU. ¿Se prepara un nuevo Vietnam? Los "rebeldes" han reconocido 60.000 muertos; estremece pensar cuál será la cifra real de víctimas del pueblo, que - presuntamente- iban a defender del Coronel Gadafi. Pero si en verdad esta agresión unilateral acabase, es indispensable preguntar ¿qué deja ella, aparte de decenas de miles de muertos y grandes ganancias por el petróleo robado a sus legítimos dueños? La reciente contienda ha dejado además graves daños en el ambiente y en los legados artísticos del pasado, que terminarán en manos de millonarios israelíes como algunas estatuas de Sumer y Akad, en Irak.La historia vuelve a repetirse, después de Afganistán, Irak y Libia, la amenaza alcanza a Siria. El embajador de Rusia, aliado de ese país, lanzó en la ONU una trágica advertencia: "
Será la Tercera Guerra Mundial".
Los rusos han comprendido de inmediato que el verdadero objetivo de EEUU es Irán, el último paraíso terrenal, que quedaría indefenso si la Otan ataca Siria y la ocupa; ya que la única base rusa en el Mediterráneo está allí.
En todo conflicto se dice, con razón, que lo primero en morir allí es la verdad. En éste queda demostrado que las mentiras de los invasores de Libia son elementales y burdas.
Pero vayamos a la "información" pura y dura, sobretodo pura. En el suplemento femenino del diario
El País del 24 de septiembre, con firma de Ana Pastor y en un artículo sobre Gadafi, se alude al Viagra que el Coronel habría comprado para violar a las mujeres de su pueblo,
noticia dada por el Pentágono o la Otan: tanto monta, monta tanto...
Es obvio que son fuentes de poco fiar para un periodista. La historia merece ser revisada: según los medios en todo el mundo, Gadafi habría comprado dos contenedores de Viagra; los más osados dijeron nueve, con la intención expuesta más arriba.