Y es que, en el 2009 la llegada de una fundación a Paritilla en Darién llenó de esperanza a un pueblo entero que confió en los más de 5 proyectos de ayuda que tenía la agrupación.
Esta confianza fue creciendo con el pasar del tiempo hasta el punto en que las madres dejaban que sus hijas acudieran solas a escuchar las charlas, sin embargo dentro de las cuatro paredes ocurrían una serie de abusos que luego fueron denunciados ante las autoridades.
Transcurridos varios días, desde que una de las niñas se atrevió a romper el silencio, comenzó a padecer de una serie de convulsiones y ataques, según ella de un demonio llamado changó.
La madre de esta joven, quien culpa a un extranjero que estaba en la fundación, dijo que "le pedían a las niñas que los masturbaran y que se tomaran el semen de él. Mi hija estaba ahí y confirmó esta versión". El padre de la menor denunció el hecho, pero dice que las autoridades no hicieron nada a pesar de todo lo que se vivió.
Se trata de una joven de 16 años que no ha podido regresar al colegio a diferencia de las otras niñas, ella está dando clases por módulos y se mantiene alejada de su familia, de sus amigas y de la escuela, todo por su seguridad. La última vez que le ocurrió un ataque fue hace un mes cuando intentó regresar a la escuela.